𝐗𝐋𝐈𝐗

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D R A C O

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D R A C O

El no sabia por que se había portado así con ella, por que despues de que salió de la oficina de su padre había salido de muy mal humor, tampoco sabia por que le había hervido tanto la sangre al ver a ese estúpido imbécil con ella.

Pero lo había hecho, lo suficiente para pensar en los hechizos imperdonables y aplicarlos en el una y otra vez.

Los lamentos de ese imbécil hubieran sido música para sus oídos.

Miraba a la pared fijamente mientras apretaba los puños y pasaba la lengua por dentro de sus mejillas.

—Alguien nos extrañó.—Blaise y Theodore entraron y en ese justo momento el vaso de Draco tenia en sus manos se estrelló. — Mal momento, vámonos. —Blaise se dio la vuelta y Theo lo tomo del brazo.

—¿Cuándo es buen momento para visitar a Malfoy?. —Theo pregunto con el ceño fruncido.

—¿Quién los invito?. —pregunto Draco irritado.

—Nadie. —Blaise se encogió de hombros. —Pero me acerque a la puerta y no escuche gemidos por eso pensé podemos pasar.

—No sé ni por que les conté de esto. —bufo.

—Porque somos tus amigos. —Theodore se dejó caer en el sillón de enfrente. —¿Dónde está tu terroncito de azúcar?. —ambos rieron.

—¿Por qué somos amigos?. — Draco dejo caer su cabeza en el respaldo del sillón.

—Por qué nos amas en secreto. —Blaise se sentó a su lado ganándose una mueca de asco de su parte. — ¿Qué paso?

—Discutí con ella. —bufo. —El imbécil del vecino la hizo pensar que no tenía luz y cuando entre tenía su mano en su rodilla. —apretó los puños. —En su jodida rodilla.

—¿Y la beso? —pregunto Blaise.

—No. —lo miro. —Tenía su mano en su rodilla. —apunto a la nada desesperado. — Con eso es más que suficiente. —Theo y Blaise se miraron aguantando las ganas de reírse.

—Potter a estado dentro de ella . ¿Y te da celos que un vecino toque su rodilla? —pregunto Theo.

—Con Potter es diferente, el no dejaría a Ginny. El vecino es un niño bonito imbécil y estúpido.

—¿Ella que hizo?

—Tenía cara incomoda y luego se asustó cuando me vio.

—Bueno con esa cara yo también me asustaría. —hizo una mueca.

—No se que paso. —murmuro estresado. — Pero me hirvió la sangre de una manera que no les puedo explicar, me enojé, la ofendí y ahora estoy aquí. —bufo mirando a la nada.

—Tienes mucho tacto para resolver sus problemas.

—Nunca la había visto molesta. — volvió a cubrir su cara con ambas manos. —Lía nunca esta molesta. —bufo.

𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧𝐥𝐲 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora