DoDam

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"Inseguridades."
Narra: Yedam.




Jihoon llena el vaso con agua sin apartar su mirada de mi, y parece que no se ha fijado en lo que hace porque el líquido que sobra salpica en su ropa, entonces cae en cuenta  y guarda la jarra de nuevo en el refrigerador, avergonzado.

Si no me sintiese de la mierda, probablemente hubiese reído.


Pero aún estoy llorando, y sé que temblando, sé que luzco miserable. Sé que Jihoon siente mucha lástima y pena.

Extiende el vaso hacía mi pecho, y lo tomo con la esperanza de que me devuelva algo de vida, porque siento que se me está yendo. Limpio la cantidad mínima que se escapa de mis labios con mi suéter, y sin mucho esfuerzo continuo llorando.


Duele.


Duele en lo más profundo. Y quiero un abrazo, pero no cualquier abrazo, quiero uno suyo. Quiero un abrazo eterno de Doyoung, de esos que me daba cada que me veía, como si fuese la primera vez, como si en serio yo pensara en escaparme de sus brazos, como el último.


Muchas veces recé, sin creer en una fuerza más poderosa que yo. Recé para  porque no me dejara.

Pero terminé dejándolo yo a él, le solté. lo he dejado ir. Y su rostro cuando lo hice, ese instante al terminar con todo, con nuestra relación; Me atormenta.

Porque a Doyoung no le gustaba llorar frente a mi, pero lo ha hecho. Tomó mis manos, las junto entre las suyas, y con mucho respeto me preguntó qué había hecho mal.

Porque Doyoung suele actuar como un príncipe.


Pero no supe responder, porque ni yo mismo sabía la razón exacta. Al momento de tomar la decisión, parecían muchas, pero al momento hablar se escuchan diminutas en mi mente.

"¿Ya no me amas? ¿Es eso Damie"— Levantó mi rostro con el costado de su dedo indice bajo mk barbilla.— "Necesito saberlo, porque si aún me amas lucharé por ti."

Y lo último que esperaba era que lo hiciera, así que mentí.

Ya no...—Pensé; "Algún día me perdonarás, pero yo nunca me perdonaré por no haberte dicho la verdad"— ya no te amo.

Trató de sonreír, retrocedió unos centímetros muy lejos de mi, se abrazó a si mismo, y asintió. Lo aceptó, porque siempre tuvo esa costumbre de no renegar a lo que sea que yo pudiese.

—"Lo... Entiendo Damie."

Vi sus manos aferrarse contra sus propia piel. Quise abrazarlo, porque yo también experimentaba ese frío tan desagradable de tenerlo tantos pasos fuera de mi alcance, por muy exagerado que fuese.

—"Entonces vete."

No estaba enojado, solo muy quebrado.
Doyoung nunca se enojaría conmigo, yo nunca me enojaría con él. Solo me pedía algo que los dos necesitábamos para recuperamos. Nuestra precensia, el estar juntos desde ahora sería difícil, pesado y venenoso.

Pero yo jamás me recuperaré.

Me fuí de ese apartamento, y dejé al amor de mi vida hecho un desastre. Me retiré siendo una tormenta, y él fue el mayor afectado.

Nadie entendería tanto mis problemas, mis líos tanto como alguna vez lo hizo Doyoung. Pero no podía permitirme entregarle todas mis inseguridades. Estaba harto de hacerlo cargar con mis fantasmas, asustado de que se sintiese como mi terapia personal.

No podía estar con él, por mucho que yo le ame, por mucho que él me amase a mi.

Yo no me amo. No lo hago porque cada que lo veía siendo amable con alguien más, cada que abordaban pretendientes en cualquier reunión, cada que le adoraban por donde sea que fuese:

Yo me odiaba.

Mi estupidez, mi manera de pensar y sobrepensar las cosas, las noches sin un solo mensaje después de que se fuera a una eterna fiesta con sus amigos, los días seguidos sin una llamada.

Odiaba lo dependiente que estaba siendo, y en todo lo que acabaría si no detenía nuestra relación, la escena de celos que algún día podía hacer delante de todos, sin pudor.

Mis inseguridades destruyeron toda mi estabilidad mental. No lo culpo, yo nunca le comenté nada de esto, nunca le hice saber que necesitaba un poco más, porque ese poco más me parecía injusto.

Doyoung siempre hizo todo por mi, y yo solo fui un malagradecido.

Me llevaba el almuerzo sin falta a la universidad, porque estaba enterado mis malos hábitos alimenticios. Me acompañaba a hacer cualquier diligencia, porque sabía lo tímido que podía llegar a hacer. Cuando le extrañaba, hacía lo posible para verme, y ninguna de nuestras citas se parecía a la anterior, aunque fuese el mismo lugar.

Pero Doyoung no es mi centro de rehabilitación.

Entonces tuve que terminar con todo.

Y ahora estoy destruido, en casa de mi mejor amigo.

Unos sollozos acallaron los mío. 

L-lo siento, odio verte así... Todo mejorará, Yedam, estaré aquí.—Me acogió entre sus brazos, y yo me alegré un poco por ello.


No estoy en mi mejor momento, pero prometo mejorar. Trabajar en mi. Prometo curar mis inseguridades. 

kisses on a page;; T r e a s u r e.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora