kisses on a page;; T r e a s u r e.

JunHyuk

"Time Machine"
Narra: Jaehyuk.

Hoy es día de compras. Emocionante porque puedo gastar parte de mi salario en mi obsesión por los objetos y libros coleccionables, como mis preciados cómics.

Entro a la tienda, con la mochila contra mi pecho, que planeo llenar con todo lo que mi último moneda permita. Saludo al cajero, el de siempre, encargado y gerente del lugar; Park Jihoon.  me recibe con el mejor de sus ánimos, me gusta pensar que recibo un trato diferente al de los otros.

—Hombre, ¿Ya no te gusta venir?— Se queja cuando me ve buscando en el apartado de Marvel.— ¿Tu novia no te lo permite?

Heejin y Jihoon son mejores amigos desde  que tienen memoria suficiente para recordar como saltaban por cada charco de la cuadra, cuando llovía. Unos críos.

—Mi novia se ha perdido la compra de hoy. Ansiaba verte.— Nunca he sentido celos de la bonita relación que mantienen, no por el hecho de que tiene un particular novio, sino porque  se quieren como si de hermanos se tratara.

—Y yo a ella. ¿Cuando saldremos en una cita doble?

Jihoon es valiente. No le aterra demostrar todo lo que siente por Yoshi en público. En el barrio donde se criaron, cuadro cuadras abajo del mío, la gente solía ser estúpidamente detestable con él, al punto de meterse con su existencia de formas que me cuenta explicar. Las palizas que recibía,  lo que me contaba Heejin, eran para morirse.

Pero ha sobrevivido, y ahora trabaja en el lugar de sus sueños, donde puede leer las actualizaciones semanales de todo lo que su propio sueldo no puede pagar, porque le esperan los gastos de un apartamento que comparte con su ser amado.

No lo niego, siento celos de lo buena que ha resultado ser su pequeña vida. Trato de buscarle sentido a mis extrañas sensaciones, al vacío que se me hace en el estomago, cuando sé que no es fatiga, porque le acompaña un tremendo nudo que aprisiona hasta la punta de mis dedos.

Pero amo a mi novia, lo hago.

Cuando por fin me decido, y camino a pasos tranquilos hasta el mostrador, la companilla de la puerta transparente de cristal, la que avisa cuando un nuevo cliente, y observador, entra para elegir que le va a entretener por el resto de la tarde. Doy media vuelta, porque soy curioso, y necesito verle la cara al nuevo ser humano dentro de la misma sala.

Sus mirada pesada, y muy roja, como la de un villano, me distrae del que los porta. Kim Junkyu, mi ex compañero de clases. Está hecho un jodido desastre.
Puedo escuchar suposiciones. Dicen por ahí que su novia se ha quitado la vida, o tal vez otro de sus seres queridos. Ha de cargar con la culpa, lo puedo notar en sus piernas.

Me acerco a saludarle, porque alguna vez fuimos buenos amigos.

—Hey, Junkyu. Ha pasado mucho tiempo, ¿Que piensas comprar? ¿Todo bien?