MaSahi

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"Bajo el mar"
Narra: 3ra persona.


—Papá, hay algo en el agua.— Mashiho volvió a insistir. Claro, había algo en el agua.— No estoy mintiendo, papá.

—Sé que no lo haces. Pero se aproxima una tormenta, y debemos terminar con la pesca.— De una vez por todas, Mashiho calló, pero no apartó sus ojos color miel de la criatura marina.

La velocidad en la que se acercó la tormenta, y que poca suerte para el menor de los Takata. Las olas eran más grandes que el pequeño barco de pesca, y muy lejos de buscar refugio, no se apartó de su nuevo amigo, que le veía con preocupación, enterado de lo que ocurriría se cayera. El padre del pre-adolescente gritaba, desesperado por la desobediencia de su hijo, y cuando quiso estirar su brazo, para sacarle de apuros, Mashiho resbaló directo al profundo e infinito mar.

Entonces todo era oscuridad. Nada de luz, ni un paraíso, o reencarnación. Solo terrorífica oscuridad, que en menos de diez segundos se esfumo, y le dio paso a una borrosa visión, otra perspectiva del agua color esmeralda. Su ropa ya no estaba mojada, y su lengua tampoco seca. A pesar del dolor en la espalda, muy intenso como el de su cabeza, logró sentarse sobre la incomoda arena.

—Algo ha pasado.

Claramente. No tenía ni la más mínima idea de donde había parado, o la tierra que tocaban sus pies. El sonido suave de las olas, le colocaban los nervios de punta en punta. Se abrazo a si mismo, y le dio paso a un largo llanto, lleno de sollozos, y mucha angustia. Debió hacerle caso a su padre.

Recordó la cabellera, casi blanca, que le distrajo de su posible salvación, también ese rostro llamativo,
muy lindo. La razón por la que estaba aquí, y tal vez vivo. Se colocó ahora en pie, paso firme a la orilla, en busca del causante. Eso, hasta que alguien tocó su hombro, con algo que no parecía un dedo.

—AAAAAH— Exclamó Mashiho. El chico llevaba una rama, adornada con algas de aspecto asqueroso, más de el habitual.— Eres, eres, eres...

—Asahi.— Mashiho pensaba, "Una pez; mitad humano", pero también "¿Donde está su cola, o aletas?"— Hamada, Asahi. ¿Tú?— Con nombre de humano.

—Mashiho...Pero, ¿Qué demonios eres?

—No lo sé, solo recuerdo que ese es mi nombre, o era. Estaba escrito en mi mano cuando desperté.— Asahi sonrió, y colocó cada una de sus manos, a los costados de su propia cintura.

—Puedes respirar bajo el agua, no eres normal.

Sus ánimos se vieron afectado, ahora estaba algo ofendido.

—Me parece que eres el anormal. Yo puedo, con ayuda de estás...— Y mostró algo, asqueroso al parecer de Mashiho, incrustado en cada una de sus costillas.— Funcionar bajo el agua, y también respirar por mis funcionales pulmones. ¿Tú que puedes hacer? ¿correr muy rápido? Vamos, que aburrido.

Ambos arrugaron sus narices, molestos por las actitud del otro. Mashiho decidió dar el primer paso a la reconciliación.

—Lo siento, solo estoy sorprendido. Creo que es fantástico lo que haces.

—¿En serio?— Asahi relajo su expresión, y mostró los profundos orificios en sus mejillas.— Vaya, yo tengo algo de envidia.

—¿Por qué?

—¿Cómo se siente tener padres?— Mashiho buscó las palabras correctas.

—Me siento seguro. ¿Donde está tu familia?

kisses on a page;; T r e a s u r e.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora