kisses on a page;; T r e a s u r e.

HaJeongwoo

"Midnight love pt1"
Narra:3ra persona.

—Woo, te necesitan en recepción.— Otro turno más. Jeongwoo se encontraba exhausto, pero hambriento, y solo tratando sería capaz de cumplir sus deseos, por muy mínimos que fueran.

Caminó a paso rápido hacía el primer piso del edificio de tres pisos, donde se ubicaba la mesa de entrada. Debía recoger nuevas maletas, y volver a la limpieza del baño público. Podría entenderse como  explotación, lo era, pero estaba dispuesto a ello.

Mentalizado para solo presentarse y hacer su deber, se topó con una inesperada figura. Nadie muy especial, pero insanamente atractivo. Mucha gente guapa entraba y salía, pero por primera vez su atención fue del todo capturada.

El hombre le sonrió, como remate. La encargada del papeleo tuvo que recordarle con un llamada poco disimulado, que se encontraba en el trabajo, estrictamente para servir y callarse, sin reacciones. Tomó las maletas entonces, y subió las tres grandes sobre el carrito que las arrastraría hasta su habitación.

—Reservó la cabaña Margarita, Joven Park. Gracias.— Ese tono amenazante se implantó en la mujer.

No tendría un simple cuarto, sino toda una casa de retiro, para él solo por lo que deducía.

Después de una practicada reverencia, empezó a empujar las ruedas que llevaban las pertenencias del cliente.

—Es tan grande como lo imaginé.

Jeongwoo no tenía nada que decir, así que calló. Era grosero, pero prefería eso a decir alguna imprudencia y ser despedido.

—Adoro la playa, ¿Es genial trabajar en ella?

La respuesta que del joven era un cerrado "No". Odiaba el ardor en su piel, la arena en sus zapatos, los cuartos excevamente sucios, los baños muy difíciles de limpiar.

—Sí, una bendición.— Además tener que mentir al respecto, porque hasta la buena imagen valía de su opinión.

—No te veo muy convencido.— Jeongwoo tenía derecho al silencio. Era un momento perfecto para utilizarlo.— Me llamo Haruto.

Una gran camino de cemento, que permitía rodar el carrito alejado de la arena, les guió hasta el acogedor lugar.

—Bueno, señor Haruto, hemos llegado a  la Cabaña margarita, con perfecta vista al mar, terraza amplia, y una decoración de ensueño.— Párrafo memorizado.— Le recomiendo grabar el nombre en su memoria, todo lo que pida será en nombre a esta bonita casa de retiro.

Frente a la puerta, Jeongwoo deja las maletas del confundido hombre. Otra reverencia, y el empleado está listo para retirarse. Haruto se encarga de que no suceda.

—¿Puede mostrarme todo por dentro? Me gusta estar al tanto.

Jeongwoo no tiene, de nuevo, otro opción. Sonríe, y asiente. Entran juntos a la "cabaña". Se muestra ante ellos una blanca sala rectangular, grande en toda la palabra. Un mueble a cada esquina, y una mesa de centro, con un gran espejo al fondo y un par de cuadros originales decorando las paredes.

—Al fondo está la ducha.— Jeongwoo le guía a un costado de la Casa de playa. Un pasillo pequeño les recibe antes de llegar a ella, también llenos de cuadros.— No hay tina aquí, pero en su baño personal sí.