HaJeonwoo

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"The type of guardian"
Narra: Jeongwoo.




El intercambio ha sido mejor de lo que esperaba. Cada día estoy más agradecido por tener esta oportunidad, poder despejarme de todo lo que dejé en Corea, y pasar un buen rato aquí, en Japón.


Resido en un pueblo, junto a una familia bastante amable. Me han acogido con mucho amor, casi como si en serio me hubiesen adoptado. Me quedaré aquí solo por unos cuantos meses, peros ellos han hecho que la experiencia valga la pena. Sus costumbres son cálidas, muy contrarias a la de mis parientes.


Mashiho, el hijo mayor de los Takata, se ha convertido en lo más cercano a un mejor amigo para mi. Es mi confidente, y me cuenta muchas historias, todas las noches. Tiene una increíble imaginación, y dibuja estupendo.


Si lo escuchas relatar todas las anécdotas, dirías que es ficción. Pero Mashiho me ha contado que guarda un secreto, y que todo lo que me ha contado es; Estrictamente real.

Yo le creo, porque Mashiho tiene estos ojos expresivos que podrían convencer a cualquiera, en el momento que sea. Pero todo lo que él ve, todo lo que ha vivido, yo no he podido experimentarlo.

Me dice que es porque me falta creer. Porque no llevo todo los datos que el me da a mi realidad; que no cierro los ojos y agito mi corazón, que probablemente soy un adolescente con alma de adulto, pero que no me culpa. Me han criado de esa forma.



Siempre me lleva por el bosque, y tenemos largas caminatas, por senderos de cemento, y otros de piedra. Creo en lo que de dice porque el estar ahí, se siente verdaderamente mágico.

Me siento vivo; en unas partes, más que otras. Mashiho dice que es porque son portales a la dimensión contraria de la que siempre me habla, hay mucho energía acumulada, por ello le siento así.

Pero hay un árbol en particular. Uno que llama mi atención, muy desgastado y viejo, que atesora secretos antiguos. Luce muy sabio, y no hay marcas de enamorados sobre él, porque sí, este bosque es conocido por todos los amantes.

Mashiho le cuenta que hay muchas almas triste rondando por aquí, pero no me quiere contar, dice que no podría dormir por las noches, y tampoco le volvería a acompañar, pero que no es la gran cosa, que es muy común aquí.

Entiendo a lo que se refiere, aún así prefiero ignorarlo. Tal vez ellos también necesitan respeto, y mucho compañía.


Una tarde, como cualquier otra, decido que es tiempo de visitar el lugar solo. Mashi me ha dicho que la probabilidad de ver algo fantástico es más alta cuando no llevas compañía.


Debo de aclarar que Mashiho tiene diecinueve, y no ha sido diagnosticado con alguna enfermedad mental, no que yo me haya enterado; le creo, yo sé que es verdad.

Entonces llevo mi merienda, varias golosinas y una lata de coca-cola, por si aparece. Mashiho me ha dicho que le encantan las meriendas,  lo conoce bien porque es su favorito, pero nunca me lo ha descrito físicamente.

Yo me lo imagino como un adorable duende.

Me adentro al bosque, y dejo mi bicicleta a una orilla del sendero, acomodo la mochila en mi espalda con un pequeño salto, ý me encamino hacía mi árbol favorito, donde tendré una agradable sesión de lectura, un libro japonés muy conocido, que el señor Takata me ha recomendado.



Acomoda la manta sobre el pasto oscuro, y me dejo caer con cuidado para no lastimarme con cualquier piedra intrusa. inhalo el aire puro, y me relajo junto al delgado conjunto de papeles en mis manos. Recuesto mi cabeza al árbol, y aunque esté solo, me siento gratamente acompañado.




kisses on a page;; T r e a s u r e.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora