Introducción.

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—Si el demonio de ojos verdes va a la batalla mañana, ¡Nos destruirá! ¡No voy a ser humillado!anunció el Rey de Mita incorporándose furioso frente a sus generales y consejeros, quienes no paraban de discutir dentro de la tienda militar.

—¡Mi señor! —exclamó uno de sus eruditos—no crea en los rumores. ¿Cómo ese hombre puede devorar los espíritus de los soldados? ¡Tonterías!

—¡Mi cuñado luchó con él hace cinco lunas! Las flechas no lo hieren; se convierte en una bestia y sus ojos malignos brillan como soles—el general Nari encaraba molesto a los consejeros—Por intentar invadir Cal, terminarán invadiéndonos ellos; luchemos o no, nos vencerán y tomarán los pueblos de Mettin y Zavanta.

—¡Cállense! —el rey Ruslan gritó golpeando la mesa con sus puños—si no podemos vencer al ejército de Quelan por ese maldito demonio ¿Hay alguno aquí que todavía tenga los huevos puestos y dé una solución? Casi un año peleando con Cal y seguimos como empezamos, ¡Sin adueñarnos de un pedazo de su tierra!

Todos agacharon las cabezas, guardando silencio, pero de entre los consejeros, Lao Sagita, el más anciano, dio un paso adelante, dando una reverencia ante de hablar.

—Mis informantes investigaron al demonio—todos le miraron con una expectación enorme—su nombre es Erenn Velzar, el señor de Addana.

—¡¿El demonio es un rey?!—aulló Ruslan—¿De esa pocilga tan pequeña y corriente que esclavizó Cal?

—Y en su prontuario militar nada más hay victorias, tiene fama de ser inmortal, sangriento—el anciano Lao sonrió malicioso—pero ha sido derrotado solo una vez, y ahí reside nuestra salvación.

Todos lo miraban sorprendidos.

—¿Cuál es esa? —preguntó el rey de Mita, pensando en lo increíble que era. ¿Cómo alguien había derrotado a guerrero tan feroz y con tan abominable reputación?

—Su debilidad son las hembras—Lao levantó la cabeza, todavía sonriendo—realmente, su debilidad fue solo una mujer, una a la que usaron y asesinaron para derrotarlo. Dicen que por eso una bruja lo maldijo con poder, y el hombre que era fue destruido a cambio. No obtuvieron los detalles, parece que en Cal se han empeñado en enterrar la verdad.

—No veo cómo eso nos va a salvar o dar la primera victoria sobre Addana y Cal.

—La mujer tenía cabellos largos y oscuros, una piel inmaculada y ojos en la noche. La más hermosa, entre las hermosas—Lao agachó la cabeza—perdone mi atrevimiento, pero esa descripción es la de su hija. Le propongo una "amistad temporal" con Cal casando a la princesa Muraena con el demonio de ojos verdes. Ni él podría negarse a los encantos de su tercera hija. ¿Imagina, majestad, el poder de Mita si poseemos al guerrero Velzar?

Mientras sus hombres volvían a discutir acaloradamente, unos creyendo que era locura, otros muerte, otros victoria a largo plazo sobre Cal, el Rey Sezede se pasó la mano por la larga barba, pensativo.

—Lao, ¿Cómo se llamaba la mujer?

—Era un nombre extraño, extranjero, solo recuerdo Agrimora, majestad.

—Rey, demonio, lo que sea—sonrió de medio lado, pensando en cómo superar al señor de Cal—sigue teniendo las necesidades de un hombre. Voy a entregarle unas tetas que le den consuelo.

Ruslan ya tenía su siguiente estrategia en manos.

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Tras ser Rey, Erenn había pasado los siguientes tres años entregado a la violencia, participaba en cada campaña militar de Cal o Addana, la pelea que fuera, por más pequeña y absurda, le pertenecía. Su espada no dejó de bañarse con sangre, él vivía hecho una armadura resistente, un animal de caza y muerte, cruel. Solo vacío, solo locura.

Se había obsesionado con la guerra, no podía estar más de una luna fuera del campo de batalla, era su refugio en esa caía desquiciada de escapar de sí mismo, y de ella, porque la veía en todas partes, lo perseguía hasta en sueños, pero nunca en la guerra, no sentía el dolor, el aroma de su pelo, cuando mataba.

Y ahora acompañaba a su primo a defenderse de la invasión Mitana a Cal. Aunque desde hacía tres años se había condenado a morir para sentir el abrazo de su esposa, en lugar de ser vencido y volver a verla, la vida lo había maldecido con la suerte y la victoria en cada batalla que pisaba, y Quelan lo sabía.

—Majestad—a su tienda, que se hallaba dentro del campamento militar de Cal, entró un soldado con la respiración pesada. Erenn continuó dándole la espalda sin dejar de limpiar el filo de su espada—El rey de Cal lo llama. Mita se ha rendido, pe... pero...

Erenn cerró los ojos con el dolor de verse soportando la realidad, ¿Qué iba a hacer para mantenerse bien si no podía pelear? ¿Cómo iba a vivir con algo de paz en ese ahora miserable? Mierda, solo le quedaba la muerte, y esta también le abandonaba.

—¿Y qué? —su voz tenebrosa y gruesa hizo sudar al soldado, que dio una plegaria esperando que el demonio no enloqueciera y lo matara apenas le diera la oferta de Mita sobre retractarse a cambio de Erenn Velzar, el último de su casa, tomando por mujer a la princesa menor de Mita.

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Muchísimas gracias por leer, comentar y apoyar la historia :) estoy muuuuuy feliz



El fervor del Príncipe|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora