29. Vendido, libre, bandido.

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Muchísimas gracias por seguir aquí, a cada una de ustedes. Nadie me ha tenido tanta paciencia, y me hacen sentir tan bien y tan amada 😄🥺😄 SALTÉ EN UN PIE de la alegría. Gracias de nuevo por la oportunidad.  Las amooo 🌹🌹

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Como retribución al sacrificio y esfuerzo leal, se concede a Alaris del desierto, guerrera de los vástagos y de la casa real de Addana, al esclavo de nombre Calem Velzar, bautizado en posición esclava; florecita chillona, para que sea muchacho doméstico, agricultor, de cama, mula de carga o cualquier oficio con el que sufra por crímenes pasados.

Se recomienda mantenerlo amarrado y dopado.

Habilidades: ninguna.

Defectos: cualquier lista que se le ocurra.

Altura:  cuatro pisadas regulares.

Cuidados especiales: estratega militar y conocedor del arte de las armas; no es apropiado que cocine por su destreza con los cuchillos y tendencia al asesinato premeditado.

Valor del esclavo: un huevo.

Dueño del objeto: Alaris del desierto, de Addana.

Entrega: rey Erenn Velzar, majestuoso señor de lo oscuro, de los desiertos de oro, Addana.


Erenn le hizo el favor de crearle un sello propio con su nombre y su oficio de guerrera real; mojó el sello en pigmento rojo y lo puso sobre su nombre. El sello de rey de Erenn ya estaba sobre el de él. Alaris trató de no reírse por la descripción, seguramente, Erenn ayudó con las indicaciones que describían al rubio.

La guerrera puso su sello frente a Calem, al que Navill y el herrero real acababan de acostar bocabajo en una mesa rocosa de la herrería. Él la devoraba con rabia por consentir la compra.

—Está hecho—lo miró fríamente. El herrero calentaba el sello en el fuego, para marcarlo.

—Con el matrimonio habría bastado, no esclavizándome—sonrió falso—¡No hay mucha diferencia!

—Tienes suerte, agradece que Erenn no sabe de tu participación en...—se calló, por discreción—, como sea, lavar mi ropa y mis pisos te va a dar humildad, de eso me encargaré.

—Oh, sí, ya me veo muy alegre tocando tu hermosa ropa interior mientras la friego fcon la nariz—y sonrió ampliamente—. No me mires a los ojos, soldaducho—se dirigió a Navill—Soy el lavacalzones personal de Alaris, soy especial.

—Los esclavos de quinta no pueden dirigirme la palabra, no escuché nada—Navill estaba muy ocupado hablando con la hija del herrero, así que volvió a su charla silenciosa.

—Según este rollo—Alaris le mostró el pergamino al rubio—tu nuevo nombre de esclavo es "florecita chillona" no el que toca mi ropa íntima. Y te luce.

Él se puso rojo de frustración, pareció a punto de soltar alguna tontería, pero su mirada se oscureció, y miró al suelo.

—¿Por qué accediste? En serio, mujer, no te entiendo. Me odias, no me perdonas, no quieres nada bueno de mí...

Ella suspiró.

—En el fondo Erenn cree que tú te vas a comportar si me tienes cerca—ella rio con sorna—. Yo no lo pienso, pero confío en sus tácticas raras. Y quiero cuidar a mi familia de tus traiciones.

El fervor del Príncipe|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora