Aylia
Salgo corriendo de la casa de Phil con mis ojos llenos de lagrimas.
Ya no sé qué más hacer. Me harté de esta situación y el amar a los dos por igual. Como quisiera dejar de amarlos y dejar mi pobre corazón en paz.
Phil es un chico frío y sarcástico, pero yo lo conozco y sé que, en el fondo, es un alma noble y que daría todo por ver bien a sus seres queridos. Por otro lado, Oliver, es el tipo de muchacho que ama sin esperar nada a cambio y quiere con toda su alma.
Llego a mi casa, abro la puerta y entro, para después cerrar la puerta tras mío y subir corriendo las escaleras para encerrarme en mi habitación.
Lloro y grito en mi almohada, intentando consolar mi pobre alma e intentar liberarme de tanto dolor.
Escucho que alguien toca la puerta, que luego se abre.
- Aylia. -Es Rosse-, ¿qué sucede?
Quito mi cara de la almohada, pero no la miro. No suelto palabra, sólo fijo mi vista en una esquina de la habitación.
- ¿A donde fuiste? -vuelve a hablar.
Solté un fuerte suspiro, con un nudo de el estómago y el corazón partido.
- Quise arreglar las cosas con, Phil -murmuro-, pero me dijo que...
No puedo decirlo. El pronunciar su nombre hace que mi corazón de un salto y que mi mente vuelva al pasado.
Me lastima el decir que ya no siente nada por mí. Fue muy claro; yo le rompí el corazón, es lo que merezco.
Rosse se sienta a mi lado y me abraza con fuerza, intentando consolarme, pero sólo fue para soltar un mar de lagrimas.
- Él te ama, Aylia -establece ella.
No quiero hablar, sólo abrazo a mi hermana con más fuerza y así intentar calmar mi dolor.
- Lo perdí, Rosse -digo de repente.
Ella me suelta y toma mis manos, para así mirarme a los ojos.
- No, Ayls. -Niega-. Sólo está dolido, pero no lo has perdido.
- ¿Cómo estás tan segura de eso?
- Simplemente porque veo como te mira y su corazón late con rapidez al verte. Él te ama.
...
La alarma suena a las siete en punto y debo levantarme. Con la tristeza que cargo hubiera querido quedarme en la cama, pero la muestra de arte me da un poco de ánimos.
Con pesadumbres me levanto y me arreglo. No quiero ducharme, sólo me lavo la cara y me maquillo un poco para tapar la angustia en mis ojos.
Tomo un conjunto fresco, el día es caluroso y, acorde el día y me puse sandalias, algo poco usual. Tomo mi teléfono y bolso para luego ir a desayunar.
El aroma de hoy es delicioso. Bajo las escaleras entusiasmada por lo que pudiera ser y me encontré con Rosse cocinando panqueques en la sartén.
- No me digas que tenemos una cocinera en la familia -señalo con entusiasmo.
Rosse suelta una carcajada.
- Le he encontrado el gusto a la cocina -responde ella.
Me siento en la mesa y para servirme jugo de naranja, y esperar con alegría el desayuno.
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El reino olvidado ✔️
Fiksi RemajaHISTORIA COMPLETA. Aylia Leigthon, es una chica que cargó desde su nacimiento una leyenda que puede costarle la vida: el que la asesine, obtendrá su don. Ella, hace cinco siglos, fue reina de Ishland, un pequeño reino de Londres, Inglaterra. Pero...