Phil
¿Lo de anoche fue real? Eso me imagino cada segundo desde que me desperté y vi que Aylia no estaba a mi lado.
Siento un pinchazo en el corazón; esto no era así en nuestras épocas de reinado.
— ¡Jim, déjame entrar al baño, ahora! —Es Rosse, y que extraño que Jim esté en el baño, notese mi sarcasmo.
— ¡Tengo práctica de fútbol, Rosse!
Oigo que la chica bufa y abre la puerta con fuerza, chocando ésta contra la pared.
— ¡Me importa una mierda! ¡Debemos prepararnos para el espionaje!
Por un momento había olvidado la realidad, y aquí es cuando mis sentimientos positivos pasan a angustia y tristeza. ¿Por qué esto no acaba de una vez?
— Dejen de gritar, por favor. Hay personas que quieren dormir. —Escucho un voz dulce en la planta alta: Aylia—. Así que, si no quieren que los estrangule, callense. Gracias.
Y de repente, veo que ella saca la cabeza por el descansillo de la escalera y se vuelve, sin siquiera me saludó, solo me miró. Auch.
¿Qué hice mal? ¿Por qué es así? ¿Dije algo mal anoche?
Con esas y muchas mas preguntas me levanto con pesadumbres, y me pongo la camiseta.
Y veo como Jaida baja la escalera, y me dedica una sonrisa.
— ¿Cómo has dormido, Phil? Espero que el sofá no haya sido muy incómodo.
— Créame, señora Leigthon, por todos los sofás que he dormido, éste se lleva la medalla de oro.
La mujer de ojos avellana ríe.
— Me alegro. ¿Quieres café?
— No podré negarme a eso.
Mientras la madre de los Leigthon prepara el café, comenzamos a charlar de nuestras vidas cómo si fuéramos mejores amigos.
— ¿Así que nunca viajaste a Latinoamerica? Es una belleza.
No cómo su hija.
— Siempre me interesó su cultura, y ni hablar sus sitios turísticos. Siempre quise ir a alguna playa, como Brasil o Cuba. Por las fotos que he visto, son una maravill...
Soy interrumpido por los gritos de dos personas, específicamente mujeres.
Con Jaida intercambiamos un mirada de terror y corremos hacia el lugar del hecho.
— ¡No puedo creer que me robaste la blusa, Rosse! ¡Ven aquí, maldita! —Subiendo las escaleras, y entrando a la habitación de Rosse, me encuentro con una Aylia cabreada, y créanme que, cuando lo hace, todo se fue al demonio.
Ambas corren por la habitación en círculos y también saltan la cama para ganar pasos.
— ¡Pero tú me robaste el bolso rojo! ¡La venganza es dulce, hermana!
Los ojos de Aylia chispean ira, y veo que al fin alcanza a Rosse, pero... cuando ella va a tomar la blusa, se rompe en dos.
Oh, no.
La castaña de blusa robada abre la boca sorprendida, y mira las dos mitades.
— ¡TE MATARÉ ROSSELINA LEIGTHON!
Ay, no.
Rosse corre fuera de la habitación con rapidez y huye hacia la habitación de Norman.
Se oye que pone el cerrojo.
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El reino olvidado ✔️
Novela JuvenilHISTORIA COMPLETA. Aylia Leigthon, es una chica que cargó desde su nacimiento una leyenda que puede costarle la vida: el que la asesine, obtendrá su don. Ella, hace cinco siglos, fue reina de Ishland, un pequeño reino de Londres, Inglaterra. Pero...