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Phil

— Amo ser invisible —señalo como niño pequeño con un nuevo juguete.

— Lo has dicho cinco veces —contesta Oliver exasperado.

Sonrío con malicia y voy canturreando una canción, pero veo como un hombre camina de derecha a izquierda cerca de donde está el cajón de Aylia.

— Debemos hacer el menor ruido posible —dice Oliver—, están por todos lados.

Asiento con la cabeza y lo sigo hacia la tumba. Veo como un hombre de media edad cuida el lugar, pero yo voy por detrás y le tapo la boca para después cortarle la cabeza y hacer que muera instantáneamente.

Cabo un hoyo con la pala que estaba cerca y quito la tierra con rapidez sobrehumana, llegando al ataúd y abrirlo.

Santo Dios, aquí está.

Está intacta, como si estuviera en contratiempo. Una lágrima se escapa y la limpio de un manotazo.

— Aquí está —digo con alegría hacia Oliver.

Él se acerca y se queda petrificado y no reacciona. Pero sonríe y se agacha.

— Vamos a casa —dice Oliver, cargandola en brazos y mirándome con una alegría inmensa.

Me hubiera gustado hacerlo yo... Mierda, había olvidado la competencia.

Cierro el cajón y Oliver se lleva a Aylia conmigo siguiéndolo, no podemos quedarnos un segundo más aquí. Es extraño, porque ella también acaba de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Cosas de la magia.

Ambos corremos hacia el auto y abrimos la puerta, haciendo que todos salten del susto.

— ¡¿Qué demonios!? —exclama Angie.

— Somos nosotros, tonta —obvia Oliver.

Jim suelta aire.

— ¡Avisen maldición!

—Cállate y dejame entrar que Aylia pesa. —dice Oliver.

Parece que todos se habían olvidado del por qué estamos aquí por tal susto

— ¿Pero dónde está? —pregunta incrédula Rosse.

La señora Guinea chasquea los dedos y, de golpe, los tres somos visibles nuevamente.

— Gracias —digo.

Al verla, todos gritan de alegría y dicha.

— ¡Dios mío santo! —exclama Jaida—. Gracias. Gracias también a usted, señora Guinea.

— Pero si aún no he hecho nada...

Yo carraspeo la garganta.

— ¿Acaso quieren que nos maten a todos? Vamonos de aquí, ahora.

Jaida arranca y nos alejamos a toda velocidad, rumbo a Ishland.

Angie tiene la cabeza de Aylia sobre su regazo, y yo no dejo de mirarla.

¿Por qué eres tan hermosa?

Oliver está en la misma situación, dándome celos.

Hace mucho tiempo tuve una charla con él sobre la relación entre los tres, pero decidimos que, cuando encontráramos a Aylia, allí lo discutíamos. Y creo que llegó el momento...

Pero también viene a mente una pelea que tuvimos hace unos meses, curando Aylia llegó. Cuando dijimos que, si uno la tenía, otro debería dejar Paisley.

El reino olvidado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora