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Oliver

— ¡Maldita perra! —exclama el jefe Gallach.

Mi mirada se oscurece. La bruja Guinea nos hizo visibles hace unos segundos, y el hombre dio un salto del susto al vernos.

— Piénsalo dos veces antes de llamarla así si quieres terminar sin dedos —advierto con un tono de voz gélido.

El tipo escupe sobre el suelo de tierra.

— La llamaré como yo quiera.

Aylia ríe con oscuridad.

— Oh, veo que iremos por las malas... Déjeme decirle algo, señor idiota, aquí termina todo. Está solo, no tiene a nadie más aquí.

El hombre mira a Aylia con los ojos entrecerrados y llenos de veneno.

— Yo no diría eso...

Phil carcajea.

— Desapareció la catatumba... Está solo, nadie escuchará sus gritos.

Phil parece pasarsela en grande, como yo. Al fin llegó el momento.

Por el rostro del hombre pasa una faceta de duda a miedo, pero lo hace desaparecer al segundo, y solo mira con repelo.

― ¿Qué me harán? ―inquiere con cierta superioridad―. Si me encuentran muerto, todos morirán: los buscaran, y más a ti, perra.

Por mis venas corre veneno e ira, corre odio; nadie llama así a Aylia, no a mi Aylia.

― Veo que seguirás llamándola así... ―señalo con una ceja arrogante―. Bien. ―Extiendo mi brazo a Phil, y él me pasa un cuchillo filoso y puntiagudo―. ¿Con que dedo empiezo? Usted elige, Jorge Gallach.

El sujeto me mira como si me quisiera arrancar la cabeza, y disfruto el que no pueda hacerlo.

― ¿Qué quieren de mí?

Phil bufa.

― ¿Para qué crees que será? No estamos aquí para hablar de la lluvia que pronostican mañana, imbécil.

― No me llames imbécil si quieres seguir vivo.

Phil arquea una ceja, y alumbra al hombre directamente con la linterna.

― Con todo lo que le hicieron tú y tu clan a Aylia, créeme que puedo estar hasta mañana insultándote ―espeta.

El tipo ríe con malicia.

― Es un increíble don...

― Si, pero no lo podrás usar, porque morirás aquí ―interviene Angie.

Jorge enarca las cejas en un gesto arrogante.

― ¿Y si me reviven? Eso sería digno de ver.

Josephina bufa.

― Ninguna bruja te ayudara, querido mío. Mataste a medio aquelarre Guinea, somos el grupo más grande de toda Escocia y, al solo tocarnos, ningún otro grupo te salvara, hay algo que se llama ''lealtad''.

El hombre se encoge de hombros.

― Moriré, pero créanme cuando les digo que habrá venganza...

Phil chasquea la lengua.

― ¿Se callara de una vez? Quiero sacarle las entrañas.

Jorge frunce el ceño.

― Oh, duque Terance, que amable que es ―dice con sarcasmo.

Phil le dedica media sonrisa falsa y saca su cuchillo.

― No más que usted.

Él le lanza por el aire el cuchillo, este se clava en el brazo al sujeto, quien lo toma desprevenido. Siempre envidie a Phil por esa cualidad, tan ágil y grácil.

El reino olvidado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora