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Aylia

Todo acabó...

Los cuerpos de todos y cada uno de los Gallach yacen inmóviles sobre el suelo, sin vida.

Siento una mano sobre mi hombro: Angie.

— Todo acabó, Aylia. Tú tormento ha pasado —dice la rubia de blusa negra.

Toda mi vida me la pasé huyendo de mi gran tormento. Me la pasé escondidome en distintas partes del mundo: Grecia, Italia, España, hasta fui a Corea. Y ahora que tengo a mis atacantes de siglos muertos frente mis ojos no me lo creo.

Mi padre murió por su culpa, ellos lo mataron mientras dormía. Debí irme de mi castillo para poder salvarme. Dejé mi reinado, personas que siempre me ayudaron —las cuales, lamentablemente, hace mucho que parieron—, dejé a Oliver, a Phil, a Angie...

— Ayls.

Apenas oigo la voz de Oliver, es como si estuviera lejos; como si estuviera dentro del agua, donde los sonidos del exterior son casi inaudibles.

Suelto un jadeo, seguido de miles de lágrimas que salen como cataratas.

Ya no me harán daño, viviré feliz por toda mi eternidad.

No me lo creo. ¿Cómo hacerlo cuando tu rutina se basa en escapar?

Ahora podré usar mi don y nadie lo querrá; las personas que lo conocen ya no están en este plano, es leyenda...

Rompo en llanto, y mi madre me rodea con los brazos, en un fuerte y cálido abrazo. Yo me aferro a ella y como cada abrazo que me da me hace sentir mejor.

— Shh, todo pasó. —Me acuna, como de niña cuando tenía pesadillas de que sujetos con capuchas me querían hacer daño—. Mi niña... Mi Aylia. Ya todo es pasado.

Todo es pasado.

Tiene razón, pero...

— ¿Y a-ahora qué... m-me queda? —tartamudeo, trastabillandome con mis palabras—. Ya huí cinco siglos. —Suspiro—. ¿Qué haré ahora?

...

Estoy en la preparatoria, y me siento un adolescente corriente, extrañamente.

Hablo con Kiara a solas para explicarle todo. Ella al principio, cuando me vio, salió corriendo. Pero la encontré en los baños y la calme. Le dije lo ocurrido y que todo se había solucionado, todo había pasado.

También me comenté sobre la batalla, como morí, y que bebí una pócima para no morir. Le hablé de cómo todos hicieron lo imposible para salvarme, y ella estaba quieta y anonadada sobre lo ocurrido. Luego le seguí contando todo, y cómo acabé con el problema de raíz.

Y después fue su turno de hablar: ella fue interceptada por los Gallach, y la usaron para saber donde estaba y qué podrían usar a su provecho. Pero eso pasó cuando "morí" y le dejaron en paz. Kiara sufrió horrores, sintiéndose culpable por el hecho, pero la tranquilicé y dije que ya todo ha acabado.

— ¿Y que pasará contigo? ¿Qué harás ahora?

Alzo las cejas, pensativa.

— Creo que estudiaré psicología.

Ella sonríe.

— Serás buena psicologa. La mejor creo yo. Todo lo que has vivido te ayudará para usarlo con tus pacientes y ayudarlos a superar sus miedos.

El reino olvidado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora