16

49 8 48
                                    

Phil

— ¡Me las pagaras, maldito! —espeto hacia Oliver. Íbamos empatados, y me ganó jugando sucio.

El moreno suelta una carcajada.

— No es mi culpa que seas tan malo jugando —replica con diversión en su voz, algo que me hace querer pegarle con control del videojuego.

—Esta corbata de mierda no me deja respirar. —Resoplo.

Los dos estamos vestidos para la ocasión. Llevamos traje de etiqueta y zapatos de cuero.

De repente, oigo un grito. Giro mi cabeza para ver a Oliver y ambos nos levantamos de un salto. Corremos hacia la habitación de Aylia, y nos encontramos con Angie dentro de ésta, y una muchacha pelirroja de espaldas.

Avanzo con cierto temor junto con Oliver y entramos a la habitación. Es Aylia, convertida en Kiara. Había olvidado como era verla convertida. Me hace estremecer.

— ¿Funcionó? —inquiere Oliver.

— No, ¿sabes que es la mismísima Kiara? —digo con sarcasmo. Me fue imposible no acortar.

Me acerco a Aylia y me quedo algo boquiabierto.

— ¿Cómo te sientes? —pregunto con preocupación—. ¿Te ha dolido?

Ella asiente.

— Había olvidado lo que era cambiar... —Suelta un suspiro—. Hace mucho no lo hacía.

Aún no puedo creer que hablo con Aylia y no con Kiara. Todo es ella, y me resulta extraño, muy extraño.

— ¿Estás lista? —dice Angie.

Aylia toma su bolso de piedras plateadas y se encoge de hombros.

— Creo que no, pero no tengo mucho tiempo antes que vuelva a cambiar.

Los cuatro nos dirigimos hacia la salida sin hacer ruido ya que nadie en la casa de Aylia sabe lo que vamos a hacer.

Aylia toma su abrigo y Angie la copia. Los cuatro salimos por la puerta principal intentando ser lo más cautelosos posible.

Nos subimos a mi camioneta y yo manejo rumbo a la dirección que indica la invitación.

— Este es el plan. —señala Angie—. Aylia... O Kiara... —Es confuso, yo también me siento así. Chasquea la lengua— .Cuándo ella entre, nesecitara la invitación, cosa que la tiene guardada, pero —De su bolso saca dos sobres negros—. Ustedes dos entraran con ella.

Oliver se le queda mirando, y yo también, pero no tanto como para no distraerme ante el tráfico.

Nos vistimos por si acaso, no para entrar con Aylia a la fiesta.

— ¿Y qué si nos atrapan? —inquiero con una ceja interrogativa.

Angie chasquea la lengua.

— Si sucede, cosa que no creo, traigo este frasco de verbena. —Saca la bomba y los tres me miran aterrados.

— ¡Estás loca! —grita Aylia—. ¡Si llegamos a tocar eso nos quemarnos vivos!

— ¡Yo quiero vivir una vida! ¡No irme con mi perro Coco! —añado, los tres me miran raro.

— Eso sería si los atrapan, cosa q que no creo. —La interrumpo:

— Deja de decir que no sucederá nada, porque si sucede será todo tu culpa! ¡La vida de Aylia está en peligro!

La aludida me mira y añade:

— Y la vida de los cuatro está en riesgo.

Sigo con mi mirada en la carretera.

El reino olvidado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora