Aylia
Miro el cuerpo del policía yaciendo sin vida sobre el césped y no puedo dejar de sentirme culpable. El hombre no tenia la culpa de nada; una lagrima corre por mi mejilla, pero la quito de un manotazo.
— ¿Y ahora que? —inquiero mordiéndome las uñas con ansiedad—. No podemos dejarlo aquí.
Angie suelta un suspiro.
— Pienso que lo correcto sería dejarlo aquí, y que crean que lo mordió un animal salvaje —dijo.
Phil suelta una carcajada.
— ¿En Londres? —Enmarca las cejas—. Sí, y yo puedo volar.
Angie pone sus ojos en blanco y mira a Oliver.
— ¿Tú qué crees? —le pregunta.
Oliver parece pensarlo varias veces, se revuelve el cabello con la mano y suelta un suspiro.
— Lo mejor será eso —responde—. Ya han habido muertes de otros policías en este bosque. —Después, los tres se vuelven hacia mí—. ¿Tú qué piensas, Aylia?
Estoy algo mareada, y eso no es raro por el hecho que drene al pobre hombre, lo cuál me costará mucho superarlo. Pero debo ser franca: ya he tenido varios ataques de sed de sangre humana.
— Lo que sea —contesto con un ademán de <<no importa>>.
Angie se encoge de hombros y se vuelve a Phil y Oliver.
— Cómo sea. —Alza una ceja—. Dejemoslo aquí y hagamos una llamada anónima.
— ¿Cómo en las películas? —hablo al fin, soltando una risita.
Angie rueda los ojos y camina hacia la camioneta, y yo la sigo, pero Oliver y Phil se quedan hablando atrás nuestro.
— ¡Chicos! ¡Vamos que tengo hambre! —exclama Angie con ansiedad.
Oigo como Phil suelta un bufido y que se acercan a nosotras.
— ¿Y qué quieren hacer? —dice Phil—. Yo sólo quiero echarme el sofá y quedarme hasta que llegue navidad.
— Y yo quiero comer pizza —añade Angie.
Asiento con la cabeza y los cuatro nos subimos al vehículo, partiendo de aquella horrorosa escena y jurando que no volveré a hacer esa atrocidad.
...
— ¿Pizza con piña? —inquiero con una ceja interrogativa—. Es un gusto muy exótico.
Phil se encoge de hombros.
— Y tus gustos son muy básicos, mi querida Aylia. —Me hace dar un grito ahogado.
— ¡No te metas con mi pizza de sólo queso! Tú eres el que no sabe lo que es tener buen gusto.
Oliver y Angie observan la tonta pelea entre los dos mientras comen papas fritas como si fuera una película.
— Yo creo qué... —Intenta decir Angie, pero Phil chasquea la lengua para que no dijera nada.
— ¿Y qué tal con sardinas? —inquiere.
Lo miro con terror e iba a replicar, pero escucho que tocan la puerta de entrada, lo cuál es extraño. Son las tres de la madrugada, ¿quién demonios sería?
Ojeo a los tres y todos nos paramos y vamos hacia el hall de entrada. Phil y Oliver se ponen detrás de la puerta, y Angie del otro lado. Son medidas que debo tomar, aunque sería extraño que los Gallach vinieran así. Hay que tener cuidado igualmente.
ESTÁS LEYENDO
El reino olvidado ✔️
Teen FictionHISTORIA COMPLETA. Aylia Leigthon, es una chica que cargó desde su nacimiento una leyenda que puede costarle la vida: el que la asesine, obtendrá su don. Ella, hace cinco siglos, fue reina de Ishland, un pequeño reino de Londres, Inglaterra. Pero...