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Phil

Miro a Oliver con detenimiento. Lo que dijo fue para Aylia. Los celos se apoderan de mí. Sé que ninguno de los dos puede tenerla, pero me es inevitable.

Angie mira a Aylia con impaciencia, tanto ella, como Oliver y yo, queremos contarle lo sucedido con el profesor Lewis y la invitación, pero no es momento.

Entre todos hablamos de los chismes del día, como que Amberly se acostó con el profesor de filosofía para que aprobara el semestre y también que un compañero se cayó de las escaleras del segundo piso sólo por quedarse viendo a la profesora de política.

La campana sonó y los tres aprovechamos para contarle lo sucedido a Aylia.

— Debemos contarte algo —dice Angie—, es importante.

Ladeo la cabeza para que nos siguiera a un lugar más privado.

Los cuatro salimos de la cafetería y nos dirigimos a los pasillos, rumbo al patio  donde casi nunca hay nadie.

— ¿Qué es tan importante cómo para traerme aquí?

Oliver explica:

— Vimos como el profesor Lewis hablaba con Kiara —dice—. Al parecer, él es uno de los Gallach y Kiara está hipnótizada. La tiene amenazada.

Aylia abre los ojos con alarma y terror.

— ¿Qué? ¿Cómo? —Está en completo shock—. ¿Lewis es uno de los Gallach?

La miro con tristeza, ella nunca descansará hasta que la batalla termine.

— Debemos estar más atentos —indica Angie—. Están en todos lados. Además...

— Esperen. —Aylia hizo un ademán con los brazos para que dejemos de hablar—. El profesor de arte...

— ¿Qué sucede? —inquiero con ceño fruncido.

Aylia intenta buscar palabras para hablar, pero le cuesta formular.

— Él... Mis primeros días aquí, yo... —La miramos con atención—. En un momento que vi al profesor, note como sus ojos cambiaban de color, de miel a rojos.

La observo con alarma.

— ¿Qué? —pregunta Angie—. ¿Y notaste algo más?

Aylia mueve la cabeza de un lado al otro.

— Cuándo volví a ver ya no estaba en  esa faceta —replica—. ¿Ahora qué demonios haremos?

— No estás segura aquí —señalo con preocupación—, tampoco en tu casa... Debemos estar alertas, y jamás dejarte sola. Por lo que veo, están por todos lados.

— ¿Así que ahora tengo niñeras? —Rueda los ojos.

Me encogo de hombros.

— Somos niñeras sexys —río, pero a Oliver no le gusta mucho mi comentario.

— Ninguna se compara a nosotros. —Suelta una carcajada Angie.

Las clases siguieron y yo no dejé de aburrirme; matemáticas y economía, el karma me está haciendo pagar cosas que sé cuales son, pero no me arrepiento en lo absoluto.

La última clase fue rápida, la profesora llegó tarde y sólo pasó a ver la tarea y explicar lo que sería el examen del viernes.

No puedo dejar de pensar en la seguridad de Aylia; si la pierdo no volveré a ser lo mismo. En su huida la pasé mal, pero algo me decía que pronto la vería. Además, consulté con una tarotista, ella me anunció que pronto Aylia vendría al pueblo. Esto hace más de dos años, pero la espera valió la pena.

El reino olvidado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora