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Phil

Llego al instituto y llevo mi pintura con el profesor de artística. Él me indicó el lugar que va mí pintura; donde se exponen las otras obras.

Esta preparatoria tiene un gran patio donde, en épocas de exposición, se decora y adorna para la ocasión.

Con mi mochila al hombro y pintura ensima, me dirijo a donde el profesor me indicó. La mayoría ya están colgadas de los atriles, sólo faltan algunas.

Pongo mi pintura sobre el atril con mi nombre y la acomodo.

Oigo una voz conocida, una que me genera miles de cosas dentro mío. Me doy la vuelta y veo Aylia con su arpa, al lado de Oliver.

A Aylia la noto con la mirada entristecida, segúro es mi culpa. No puedo ir contra ello, Oliver me lo dejó bien en claro.

- ¿Qué haces aquí, Oliver? -pregunté al muchacho de tez morena tras la puerta de mi casa.

- Quiero que arreglemos las cosas -replicó él.

- Oh sí, claro -respondí con tono burlesco-. ¿Arreglar que rompiste el acuerdo?

Oliver rodó los ojos.

- Phil, eres mi mejor amigo -dijo él-. Durante siglos lo hemos sido. Quiero que hagamos las pases.

Lo miré a los ojos, buscando si lo decía de verdad.

- ¿Y cómo lo haremos? -inquiero, cruzandome de brazos-. ¿Con dinero? ¿Un duelo? ¿Papas fritas?

Oliver soltó un bufido.

- Esto es serio, Phil. Aylia, está en juego.

Suspiré.

- Sueltalo ya, no tengo todo el día -contesté.

Se tomó varios segundos para hablar, por lo que vi que no era algo fácil de decir.

- Ninguno de los dos tendrá a Aylia -señaló-. Pero si sucede, uno deberá marcharse de Paisley.

Es un acuerdo muy fuerte.

- ¿Y no se podrá volver jamás? -pregunté con los ojos esperanzadores.
Oliver negó con la cabeza.

- Debemos de estar unidos, Phil. Los Gallach están más fuertes que nunca. Ansían la cabeza de Aylia.

Sigo observándola, mientras ella pasa su mirada de mí a Oliver.

Él la tomó de la muñeca con suavidad y la llevó a ver las otras obras, pero antes giró su cabeza para asentir con la cabeza, algo que entendí. Oliver le dijo a Aylia el acuerdo.

La gente empieza a llegar y el instituto se llena de familiares y amigos de los estudiantes.

Las personas que pasan por las distintas pinturas y esculturas se asombraron del talento que tienen los estudiantes.

Muchas personas me preguntan en qué me inspiré; simple, Aylia.

Luego de media hora, la campana sonó, anunciando el comienzo de las exposiciones.

Me encuentro con Oliver al ir hacia la parte de los expectadores. Nos sentamos juntos y empezó la presentación.

Ojee por detrás de las bambalinas y me encontré a Aylia sentada con su arpa detrás del telón. Según me dijo Oliver, ella es tercera.

Una muchacha cantó y tocó en la guitarra una canción propia, me gustó bastante. Extrañamente, sentí que la canción iba dedicada a mí. Observo a Aylia con detenimiento, se ha maquillado y puesto un vestido largo con sus botas texanas. Está hermosa.

El reino olvidado ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora