Capítulo XXV (Parte II)

575 72 41
                                    

—Si estas tan aburrida, puedes marcharte. –dijo Edgard. No era la primera vez que lo decía de cualquier forma.

Penélope chasqueó sus labios rojos.

—Uno no se pierde el final de la novela cuando ha tenido que ver todos los capítulos de relleno, hermanito. Además, quiero ganar mi apuesta.

Poppet había apostado, a nadie en particular, que Scarlette iba a intentar apuñalar a Caleb en los primeros diez minutos de la cena.

Scarlette masajeó su frente.

—He estado dieciséis meses sin poder beber. –musitó. –Y nunca antes he sentido esta necesidad de robarme una botella de whiskey. Quiero correr y dormir al mismo tiempo y quiero llorar.

Poppet alzó su copa de vino como si hiciera un brindis y sonrió.

— ¡Bienvenida al mundo de la hiperactividad! La buena noticia es que lo tuyo lo provoca una situación de estrés y pasará en un par de horas. Pero yo he vivido siempre con esto y al final de acostumbras. O te drogas. –ella se encogió de hombros y Edgard cerró sus ojos. Entonces de la nada, Poppet pegó un grito. — ¡Ay Dios mío! Está ahí.

Scarlette alzó la cabeza de inmediato y Edgard abrió sus ojos.

Poppet se levantó con prisas.

—Ese chico esta como un tren. –susurró. –Iré con él porque ustedes me dan depresión. Y si, sobre todo tu, Tessie. Vamos, vamos. Sonríe y deja de mirar de esa forma. Das algo de miedo.

Parpadeé.

—No estoy mirando de ninguna forma. –objeté de inmediato, pero Poppet se había arreglado el top de color blanco y salió en dirección a un chico que acaba de sentarse solo en una mesa.

Scarlette gruñó.

—A veces quiero asesinarla.

Edgard suspiró.

—Eso no son las hormonas. –murmuró.

— ¿Sabes? Al diablo. –dijo Scarlette, alzando el menú frente a su rostro. –Pediré para comer. Estoy hambrienta y si al finalizar no ha llegado, entonces me iré. Yo no bailo a los deseos de nadie. Y menos de ese bastardo.

—Hola, Scarlette.

Scarlette bajó el meno de golpe, haciendo temblar la cubertería.

De lejos, vi como Poppet se despedía del chico de la mesa de al lado y se levantaba con prisas.

Caleb tenía un moretón que cubría todo su pómulo derecho. Sin embargo, parecía casi decente. Su cabello peinado perfectamente y saltaba a la vista que el traje de dos piezas que llevaba era nuevo.

Él trago saliva nervioso.

— ¿Puedo sentarme?

Los ojos de Scarlette se entrecerraron.

— ¿Ahora pides permiso?

De lejos, vi llegar a Jude, arreglando con prisas la chaqueta de su traje y entregando sus llaves a uno de los empleados.

—No quiero discutir. Quiero hablar. –dijo Caleb. Su mano sujetaba firmemente el respaldar de la silla. –Necesitamos hablar, Scar.

Poppet se deslizó a la derecha de Scarlette.

—Como te dije, preciosa. Hasta el tenedor te puede ser útil. Atacas sobre la clavícula derecha y perforas el lóbulo superior del pulmón derecho. Ni en urgencias son capaces de salvarlo. Y acabo de revisar el tráfico y ni te imaginas como está a esta hora.

Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora