Capítulo V

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— ¿Entonces?

Scarlette Lovelace sentía que necesitaba un trago con urgencia.

—Está bien. —dijo, tratando de sonar comprensiva. —La declaración está bien.

El antiguo capitán se sentó, pasando nerviosamente las manos por sus piernas.

—No le hará nada a Nelly, ¿Verdad?

—Quería el video y ya está. —masculló Scarlette. —Se esta comportando como una maldita perra, pero nunca ha roto su palabra.

Mark asintió, aunque no parecía convencido.

Scarlette movió sus dedos por la pantalla de celular mientras enviaba el video al numero que le habia dado Theressa como ella le habia ordenado.

Maldita fuera.

¿Cómo se atrevía a lanzar ese tipo de amenazas?

¿Dónde quedaba todo su discurso de la inocencia?

—El libro. —dijo Axel, atrayendo la atención de Scarlette. —No podemos dejar que se lleve el libro.

—Pues ve y detenla. —se burló Scarlette. —De seguro que, si se lo pides por favor, te lo devuelve.

Axel gruñó.

— ¿Te parece gracioso?

Scarlette levantó sus ojos hacia el antiguo jugador de fuego.

Ella siempre habia tenido debilidad por los chicos guapos, pero nunca habia logrado ver a Axel Blaze como algo más que el lunático lanza fuego que era en el fondo.

—Tuve mi trasero aplastado en un avión de Londres hasta aquí por quince horas. ¿Para qué? Para descubrir que el malvado emperador era Axel Blaze, el maldito jugador que se aburrió de lanzarle balones con fuego a las personas y quiso jugar a ser emperador. ¡Y lo más gracioso! ¡Que nadie se dio cuenta por casi un año que Alex Zabel era Axel Blaze! Querido, tendrás que darme el nombre de tu peluquera porque hizo un verdadero milagro en volverte irreconocible.

Ella tomó una pequeña pausa antes de continuar.

—Ah, y lo olvidaba. Voy a tener que soportar otras quince horas en otro avión para volver a Londres con las manos vacías y con la noticia de que existe un libro que contiene los nombres de todos los chicos de la segunda fase que existen hoy mismo, pero que lo tiene Theressa Whitelaw, quien esta loca como una cabra, además de ponerse a jugar a los soldaditos después de darse cuenta de que en realidad no quería ser princesa. Eso, Axel maldito Blaze, me parece graciosísimo.

Axel pasó una mano por sus mechones rubios, viéndose tan exasperado como Scarlette.

—Genial, ya estas loca. —gruñó Axel.

—Lo dice el de las personalidades múltiples. ¿Hablo con Alex o Axel?

Ella le dedico una sonrisa cargada de despreció. Axel apretó sus dientes tan fuerte que Scarlette logró escucharlo desde el otro lado de la habitación.

Mark paso sus manos por su cabello.

— ¿Cómo conseguiste ese libro? —le preguntó a Axel.

Axel miró a Scarlette con desconfianza.

—No pienso moverme de aquí. —le escupió Scarlette. —Así que habla ahora mismo o vas a descubrir que mi fuego puede arder tan bien como el tuyo.

—No discutan, por favor. —pidió Mark. —Axel, ¿Nos dirás?

Con aire reticente, el finalmente respondió:

Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora