Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)

Capítulo XXXVI

No hace mucho tiempo las personas se pensaban dos veces antes de dirigirle la palabra a Axel Blaze. Las personas rehuían de su mirada y evitaban hablarle. Le temían, pero eran obedientes. Muy pocas personas se atrevieron a contradecirlo.

Axel extrañaba esos tiempos.

— ¡Sonríe, muchacho! —la camarógrafa levanto sus brazos al cielo, como si pidiera paciencia divina. — ¡Vamos, que no es tan difícil!

Axel flexionó su puño.

Control, se repitió. Tenia que controlarse.

Ahora, ¿Por qué el de todos los jugadores posibles fue elegido...? No, nunca fue elegido. Fue designado y obligado, y antes de saber que estaba pasando en la reunión, Edgard se había levantado del asiento, Scarlette había sonreído y Mark había levantado un dedo pulgar en señal de acuerdo.

Se tironeó del uniforme de futbol. Estaba sudando horrible bajo todas esas luces. Jamás pensó pudiera hacer tanta calor en un estudio.

Le habían puesto un uniforme del equipo de Inazuma Eleven.

Cuando tenia catorce años el llevaba aquel uniforme con orgullo. Ahora se sentía ridículo y quería ferozmente arrancar de aquel lugar.

—Inicia grabación. —gritó alguien en algún lado.

Alguien comenzó una cuenta regresiva. El resto de luces del estudio se atenuaron y solo quedaron encendidos aquellos focos que lo iluminaban a él.

Y Axel, por decima vez en tres horas, volvió a mirar a la cámara. Intentó sujetar el balón de futbol debajo de su brazo derecho con naturalidad, pero ya dos veces antes se había ido rodando por apretarlo muy fuerte. Se suponía que la "escena" era un estadio, él saliendo de un partido de fútbol.

Pero lo de hoy no eran la escenografías, claro. Estaba rodeado de malditas pantallas verdes.

Por el rabillo del ojo, vio el resplandor dorado de los ojos de Tessa. Recostada casualmente contra una pared, pero atenta a cada movimiento de él. Ella sutilmente tocó su boca y dibujó una sonrisa en el aire con sus dedos.

Diablos, se le había olvidado sonreír.

Axel mostró sus dientes. Tomó aire y dijo la única línea que tenia que decir, porque después de 1 hora de fallidos ensayos, decidieron limitar su participación en el anuncio comercial.

—¡Y recuerda, tu puedes ser el próximo jugador de fuego! La Asociación Internacional de fútbol sigue buscando nuevos talentos. Si tienes la edad suficiente, ¡Ven y conoce a tu nuevo entrenador que...!

—¡Corte! —gritó la directora. —¡Corte, corte! Sonríe muchacho, pareces que estas gruñendo. ¿Quieres convencer a niños gruñendo? No, no quieres eso. Bien, descansemos quince minutos, necesito un café antes de continuar perdiendo mi tiempo.

Tessa se río, pero giró la cabeza para que Axel no la viera, pero claro que el ya la había visto. De alguna forma Axel siempre sabia donde estaba ella y no podía perderse ningún detalle.

Axel soltó el maldito balón de fútbol y llevó las manos a su cabeza.

— ¡No arruines el peinado! —chilló el chico que lo había maquillado.

Porque, como no, también habían peinado a Axel como cuando tenia catorce años. Dios, por una buena razón él había dejado ese estilo. A regañadientes bajo las manos y cerró los puños. Cabello en puntas, su antiguo uniforme. Era como si fuera el hazmerreír de todos.

Si esas personas lo conocieran lo más mínimo, sabrían que no convenia hacerlo enojar. Podría incendiar todo eso en segundos si se lo propusiera. Tal vez debería dejar salir un poco de su fuego y...