Era ella lo que le molestaba.
Todo.
Desde su sutil aroma a flores hasta ese tono de voz que le hacía apretar los dientes.
Quizás ya no estaba con Iwan, pero habia algo de él en ella.
La forma en que ella ladeaba la cabeza y observaba en silencio mientras su mente trabaja. La forma en que, si alguien hablaba, ella te miraba como si le importaras. Como si realmente le interesara lo que pudieras decirle.
No importaba las ropas hechas con la oscuridad de la noche que llevaba sobre ella, Tessa Whitelaw no lograba esconder que habia llevado seda sobre su piel. Se sentaba con la espalda tan erguida como una montaña y con su barbilla en alto, con las manos descansando cuidadosamente sobre su regazo.
Cada movimiento medido y premeditado.
No podia esconder todos los años en que se habia preparado para ser la esposa del futuro rey de Inglaterra.
No habia rastros de la jugadora que él habia conocido.
Por qué Axel Blaze recordaba la forma natural en que ella se habia dejado caer sobre la arena alrededor de una fogata de hace muchos años. La sonrisa sincera que le habia dedicado, y sobre todo, ese oro en sus ojos que relucía con la intensidad del sol.
Ahora habia algo muerto ahí, algo frio como el corazón del invierno.
— ¿Entonces el entrenador está bien?
Axel revolvió sin mucho interés los fideos de su sopa instantánea, la que Fei Rune les habia ofrecido a todos. Solo estaba esperando que Arion girara su cabeza para dejarle caer los fideos en su envase vacío.
Como emperador del sector quinto se habia acostumbrado a la comida caliente y jugosa y no a esa comida plástica, pero a Arion no parecía importarle. Ya llevaba su tercera porción y parecía más que dispuesto a aceptar otra.
—Si. —respondió Axel.
No iba a revelar más.
No iba a decirles que Mark habia estado a punto del colapso hasta que oyó que sus jugadores estaban bien. Lo cerca que habia estado de poner una denuncia por presunta desgracia al ver la cancha vacía.
Le hubiera gustado pasar la mano por su cabeza, caminar o correr, o al menos patear ese balón que descansaba tentadoramente cerca de él. Algo para liberar la tensión que presionaba su pecho y que le impedía respirar profundamente.
Pero habia aprendido a enterrar sus sentimientos. A no revelar lo que pensaba, y en momentos como estos, agradecía eso.
A nadie le convendría tener al antiguo jugador de fuego fuera de sí.
— ¿Señora Scarlette? —preguntó Sky suavemente, como si no quisiera molestarla. Axel no podia saber si la muchacha admiraba mucho a Scarlette o le tenía un miedo que le congelaba los huesos. — ¿Dónde va a dormir?
Scarlette Lovelace masajeó su frente, como si la palabra señora le hubiera creado un terrible dolor de cabeza. Era un avance, pensó Axel. Estaba seguro de que la inglesa se iba a colocar a chillar por ser llamada señora.
—Preferentemente en una carpa. —murmuró, sin levantar los ojos. —Aunque no creo poder dormir demasiado.
Era evidente que la antigua jugadora habia vivido mejores días, pero nadie habia hecho ningún comentario acerca de su vestido azul manchado o sus medias rasgadas.
No, todos tenían problemas mayores que la ropa.
—Las chicas deben dormir con las chicas. —acotó Jade en una actitud muy parecida a la que adoptaba Nelly Raimon.
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Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)
Fanfiction[Segunda temporada de El torneo (Inazuma Eleven-Axel Blaze)] Dicen que el humano es un ser para la muerte. Lo que no dicen es lo que encontrarás en tu camino hacia la muerte. Nacemos, crecemos, disfrutamos de nuestro pequeño momento de vida e inevit...