Capítulo VIII

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Sentí como el tiempo se tambaleaba frente a mi.

Nadie más se movió cuando las palabras de Gene abandonaron su boca.

Gales.

¿Cuánto tiempo habia pasado desde la última vez que visite las tierras de mi padre?

Demasiado, pensé.

Pero Gales era mi hogar. Una parte de mí misma que no podia negar. Y, sin embargo, no me era familiar nada de lo que veía a mi alrededor.

Al igual que yo, Gene poseía sus propias habilidades, pero esta vez se equivocaba.

Quizás desconocía el lugar donde estábamos, pero juraría sobre mi vida que no era Gales.

Uno de los jugadores frunció el ceño y volteó a mirar a Genoveva.

-¿Como sabes eso?

El rubor cubrió el rostro de mi hermana. Sus ojos azules, iguales a los de mi padre, se abrieron todo lo que podían y el más puro sentimiento de pánico se reflejó en ellos.

-Quiero saber. -intervine, con la voz clara y firme a pesar de que sentía una cruel serpiente de inseguridad y miedo retorcerse en mi interior. -Si seguimos en Japón. Gene se ha golpeado la cabeza, no está hablando coherentemente, así que les pido a todos que la dejen descansar.

Miré al chico que había hecho la pregunta. Tenía el cabello tan azul como los ojos de mi hermana y la piel incluso más pálida que la de ella.

No estuvo conforme con mi respuesta, y para mi desagrado, miró a Axel para poder confirmar mis palabras. Solo y cuando Axel dio un sutil asentimiento, el muchacho dejó de mirar a Gene.

Arion, quien siempre habia sido un buen chico, fue el siguiente en hablar.

-No creo que sigamos en Japón.

-¿Por qué? -preguntó Scarlette. -Tal vez solo hemos llegado a un bosque cercano y....

-El clima. -la interrumpió Axel, mirando hacia el pequeño espacio que dejaban las copas de los altos árboles para ver un trozo de cielo azul. -Es verano en Inazuma, pero aquí el viento es más frio.

Tenía razón.

Odiaba admitirlo.

-¿Avanzamos o retrocedimos, Fei? -preguntó el único chico que recordaba su nombre, el antiguo capitán Di Rigo.

Fei Rune tragó saliva.

-Tenemos que lograr estabilizar la caravana para saber exactamente eso, pero...yo diría que hemos retrocedido. Mucho. No me es familiar esta época.

Algo muy parecido al miedo presionó mi corazón. No por mí, sino por mi hermana y mi sobrino. Eran lo más preciado de mi familia y si algo les sucedía...

Llevé la mano a uno de mis bolsillos de mi pantalón.

-¿Vas a lanzar otra cuchilla? -ironizó Axel.

Lo ignore, y en cambio, retire un pequeño objeto redondo y aplanado que no era más grande que la palma de mi mano. Su superficie negra y lustrosa reflejó mi rostro y cuando presione la yema de mi dedo sobre la pantalla, esta cobró vida y se encendió.

Era un Holos.

Un celular de sigilos.

Debía funcionar en cualquier circunstancia y si habia otros sigilos enviados a misiones en el tiempo, ¿Acaso no era lógico pensar que también debería funcionar cuando estabas en diferentes épocas?

Sonaba imposible, pero habia visto cosas en el último año que habían cruzado esa línea.

-Voy a llamar a la Domum Matris.-expliqué, moviendo los dedos sobre la pantalla. -No estoy capacitada para llevar la responsabilidad de esto.

Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora