Capítulo 23.
Las manos se movían agiles por el cuerpo femenino eran tan grandes, fuertes y ásperas que casi podrían lastimar la piel desnuda de sus caderas solo con un poco más de presión, y ella estaría de acuerdo, quería sus marcas, las de él y era un sentimiento nuevo, carnal y rudo que despertó de quien sabe dónde, pero le encantaba, le fascinaba, jadeaba y suspiraba ante los besos de él, la dejaba sin aire y apenas Draven la veía arquearse en una nueva ola de electricidad no perdía tiempo en ir lamiendo su cuello y separando sus piernas, Draven era un maestro y ella estaba ansiosa por aprender.
- ¿te gusta así? Tal vez soy muy brusco- negó, como estaba, con los labios entreabiertos el rostro acalorado y la piel de gallina, por nada del mundo quería que se detuviera, necesitaba más de su tacto.
Las manos de él subieron traviesamente hasta el sostén que débilmente retenía sus generosos montes en su lugar y lo alzo soltando algo parecido a un ronroneo, la reacción no se hizo esperar, su ser vibro ante tal muestra y sus botones se endurecieron ante la ola de placer puro y duro que le brindaba su Draven en cada gesto. Con una rodilla entre sus piernas, oprimiendo sobre sus Jeans y una mano empezando a acariciar y amasar uno de sus senos, Sona pensó que se volvería loca de placer, pero también comprendía que ese era tan solo el inicio. Trato de controlar su respiración mientras se relajaba más para él y en un flashazo de osadía paso sus manos por debajo del sweeter de él, tocando su estructurada anatomía, el cuerpo de Draven era fibroso, duro y trabajado, se mordió el labio, evitando pensar en el pudor limitándose a palpar y sentir, él le correspondió gustoso amasando con más vehemencia sus senos y apretando de vez en cuando uno de sus botones mientras se sostenía con una sola mano a la cama.
-no me tientes, quizás luego no puedas soportar el ritmo- murmuro casi en su oído, brindándole el placer que solo su ronca voz llena de lujuria podía.
Sona levanto su torso retándolo y pegándose más a él, quien no perdió tiempo en dejar que ella le retirara el sweater, quería observarlo, tener una vista hermosa y deliciosa de él, sin embargo, antes de que terminara su primer y delicioso cometido con el corazón desembocado un horrible sonido inundo la habitación y ella, ella.
Abrió los ojos.
Sona abrió los ojos sintiéndose sola y fría en su propia habitación, aunque lo intentara, las imágenes que trataba de conjurar al cerrar los ojos no aparecían, porque nunca habían pasado, no eran más que completa y burda ficción. Maldijo mentalmente para ir poniendo un pie tras otro en el piso, y su humor fue aplacándose poco a poco cuando Kalista apareció de la nada y se froto contra una de sus piernas.
-buenos días Kalis. - la felina maulló ajena a la frustración de su dueña y complacida ante la mano que se acercaba lentamente hacia sus orejas.
El año nuevo estaba a un día, aun todas esas decoraciones que había logrado poner en su lugar la empleada seguían brillando entre una complicada enredadera de luces baratas de navidad que ella misma había salido a comprar, todos esos peluches y platos decorativos resplandeciendo entre escarcha y lucecitas, almohadas y objetos de cerámica, pinturas otoñales y un montón de medias decorativas hasta finalmente un pomposo y exagerado árbol revestido con un cumulo de cosas brillantes de todas las figuras que tengan que ver con Navidad, todo aquello parecía salido de la portada de una revista de hogar y aseo, era increíble que todo aquello solo estuviera allí para el guste de los invitados de Lestera.
En su momento, siendo una niña pensaba en la navidad como una dimensión distinta en esa casa, y la esperaba con ansias a pesar de que en las festividades Lestera parecía aún más ocupada.
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Señas (SonaxDraven)
RomanceSeñas Sona y Draven eran lo que muchos llamaban un milagro, sus caracteres eran tan distintos que aun parecia bastante increíble que fueran una pareja funcional pero para un acercamiento solo se necesitan un par de palabras y a ellos solo les basta...