Capítulo 33
Abrió los ojos letárgica tenía dolor, estaba entumecida por todas partes y no sé podía mover. Pensó estar en casa, despertando de un sueño incómodo, todo le parecía muy lejano, pero cuando su vista enfoco la estancia extraña en la que estaba y el inconfundible sonido del campo colándose por las ventanas todo su cuerpo se puso alerta finalmente advirtiendo que sus manos y piernas estaban amarradas a la pesada (para su suerte) silla de madera, pues ahora se movía como una loca y habría caído fácilmente de espaldas si aquella silla no fuera segura.
Cuando finalmente pudo pensar con claridad recordó cómo se respiraba y escaneo el lugar con la mirada, se vio sola, no evito que el miedo se esparciera desde la punta de sus dedos hasta su cabeza, tenía frío, hambre, necesitaba ir al baño probablemente gracias a las drogas estaba mareada y aunque no tenía nada en su boca no podía gritar, no podía preguntar si había alguien allí, no podría saber que le harían, si saldría viva, si perdería más que su vida ese día.
Escucho el sonido de un motor y se tensó inmediatamente ¿cómo sobreviviría? En caso tal su captor estuviera pensando en hacer más que matarla ¿querría sobrevivir en vez de morir sin experimentar la tortura? Había tenido esos debates mientras leía libros, en ese momento se dio cuenta de que la realidad era distinta, la incertidumbre y desorientación no te dejaba pensar lo suficiente aquellos inútiles debates, todo lo que había en su mente era hallar una salida muy a pesar de que todo apuntaba a que no había ninguna.
La puerta se abrió escucho voces, una mujer y un hombre.
-te dije que no- dijo la voz masculina después de abrir la puerta.
-¡oh vamos! ¿Tantos años sin vernos y esto es todo? agradéceme correctamente por traerte aquí- podía escucharlos, eso significaba que ellos también podrían escucharla a ella, la pianista tomó valor preparándose para lo que tenía que hacer en ese momento.
La conversación seguía afuera -Te invitaré a cenar la próxima semana, acabo de mudarme necesito arreglar muchas cosas-
-tsk este hombre-se quejó la mujer fastidiada-¿porque los artistas son tan estrambóticos? ¿es difícil para ustedes aceptar sexo?-
No la dejo terminar de hablar, el hombre respondió -es complicado para mí que las cosas no estén planeadas.
-si si obsesivo compulsivo de mierda ¡Volveré!-
-organizare la cena para la próxima semana-
-digamos que esperare entonces-
¿Porque abrió la puerta? ¿Para no parecer sospechoso? No importa, ahora que sabía que la mujer era una persona ajena a lo que estaba pasando hallo su oportunidad, Sona con todas sus fuerzas se tiro de espaldas haciendo el ruido suficiente para que fuera escuchado en la entrada, su cabeza no evito aporrearse con el respaldar de la silla sintió que sus brazos y manos se rompieron cuando cayó sobre ellos, se quejó internamente sintiendo el dolor de mil demonios pero la sangre de morderse el interior de su pómulo para soportar le supo dulce al saber que había hecho el escándalo suficiente.
-hay alguien contigo-la voz de la mujer en vez de preocupada sonaba enfadada, Sona ahora se mordió los labios para disimular el dolor y la ansiedad, en esa posición sus manos estaban siendo aplastadas por su peso y los barrotes de madera pesados de la silla, le provocaban su propio infierno, intento voltearse con todas sus fuerzas -¡es eso! cuando soy yo no está bien pero si es alguien más puedes tirártelo ¿eres gay?- a Sona casi se le aguan los ojos cuando se dio cuenta que la mujer no pensaba entrar.
-no es algo como eso, deje mis ventanas abiertas para que ventilara... probablemente fue un animal- eso debía sonar sospechoso ¿acaso su captor tenía miedo de la mujer? O estaba cometiendo errores por los nervios.
ESTÁS LEYENDO
Señas (SonaxDraven)
RomanceSeñas Sona y Draven eran lo que muchos llamaban un milagro, sus caracteres eran tan distintos que aun parecia bastante increíble que fueran una pareja funcional pero para un acercamiento solo se necesitan un par de palabras y a ellos solo les basta...