Capítulo 9
Draven había estado muy pendiente de su chica últimamente, él sabía que a diferencia de cualquier otra, Sona requería y merecía un trato especial, ella no podía quejarse abiertamente cuando algo le dolía y molestaba en el momento, así que muchas veces debía adivinar lo que estaba pasando para no obligarla a hacer la engorrosa tarea de escribir lo que pasaba todo el tiempo con el objetivo de que él, quien era tan poco observador, lo notara.
También debía admitir que le gustaba tener una excusa para prestarle toda su atención, su cabello negro azulado siempre era sedosos desde el momento en que llegaba hasta la salida, nunca tenía una mancha de comida e incluso su cuaderno donde anotaba lo que quería decir estaba más ordenado que su propio cuaderno de matemáticas, materia a la que guardaba más respeto. Poco a poco aprender lenguaje de señas no era solo la obligación impuesta para no defraudar a su hermano mayor, si no su necesidad más inmediata. Quería y necesitaba mantener una conversación larga con su chica sin necesidad de esperar a que ella minimizara lo que sentía poniéndolo en papel, pero el LSC no era algo tan sencillo.
Así pasaron dos meses casi tres desde que empezó sus clases privadas con Sona.
A pesar de que salían juntos ni siquiera en su salón de clases había ningún tipo de rumor sobre ellos, no es que él necesitara algo como eso, estaba satisfecho con que ella siguiera ruborizada y nerviosa con las pequeñas cosas que podía hacer con sus limitaciones ni siquiera Darius que había sido espectador de su primer y único beso los consideraba una pareja oficial, pese a que ella pasaba su tiempo después de las lecciones haciendo sus deberes con él. De cualquier forma, esa no era una pista tan grande.
No se veía en posición de forzar nada, le gustaba que las cosas siguieran ese rumbo natural, llegar solo hasta donde ella le pidiera no podía ni quería asustarla, por mucho que él ya no fuera un amateur en eso de las relaciones con el sexo opuesto no podía imaginarse lo que quería o necesitaba Sona, porque ella era una chica que nunca quiere nada y de vez en cuando pide un poco.
-Infeliz ¿qué haces? ¿Lamentas la vida que estás viviendo? - se quitó el cuaderno de la cara y se obligó a sentarse en la banca que había usado como cama, no podía confundir esa voz de todas formas, la femenina se acomodó a su lado.
- ¿y tú Sarah? ¿Ya te aburriste de limpiar las carteras de mis amigos? - devolvió con naturalidad.
ella acomodo su corta falda entre sus muslos para luego cruzarlos y con un fino gesto hablarle con un tono que conocía muy bien, ese ronroneo femenino que en algún momento le había deslumbrado demasiado, después de todo sabía bien que a ella solo le gustaban las carteras llenas. -no seas tan rencoroso cariño, y ya sabes que para los amigos es Miss-
-que necesitas, hasta hace un momento había demasiada paz en mi vida- comento aburrido.
Hizo un falso puchero - ¡no seas aburrido! no hablo con quienes no pueden comprarme cosas bonitas, pero hare una excepción porque estoy muy curiosa- eso estaba claro.
-ve al grano, los de tu grado deberían estar comiendo avena en la cafetería -
- ¡Que cruel! No debes tratar así a una Exnovia, no sabes cuando la vas a necesitar-
- dudo mucho que te llegue a necesitar. -
- entonces los rumores si son ciertos. -
- ¿rumores? -
- dicen los chicos de tu salón que te gusta la rarita, la muda. -
Aquella elección de palabras por parte de Sarah lo encrespo, tampoco fue demasiado expresivo, pero no pudo evitar arrugar el ceño un poco sin duda era lo mismo molestarla a ella que molestarlo a él - se llama Sona. -
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Señas (SonaxDraven)
RomanceSeñas Sona y Draven eran lo que muchos llamaban un milagro, sus caracteres eran tan distintos que aun parecia bastante increíble que fueran una pareja funcional pero para un acercamiento solo se necesitan un par de palabras y a ellos solo les basta...