Capitulo 32 Mi amada

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Jhin

La tranquilidad que le otorgaba el piano gustaba mucho, desde que era pequeño tocar era una de las pocas cosas que lo distraía de lo imperfecto y asquerosamente asimétrico que era el mundo real, no podía quejarse porque no era solo su mundo, pero entre todo aquel ruido y discordancia estaba una persona... si bien, estaba. Ya no más.

Ella solía tocar el piano, él le tomó gusto a este arte gracias a ella, una niña tan solo un año menor que él quien siendo tan solo la hija de una empleada muy amiga de la familia encontró cabida para ser criada entre los tres herederos de aquella finca, Edith era su nombre, él mismo de su difunta abuela quien también trabajó por años en esa finca justo como su madre ahora.

"Tratenla bien" fue el pedido de su tío, el dueño de la finca y padre de los hermanos Shieda, nunca tuvo una buena relación con ellos ni necesitaba tenerla, su propio padre le había dejado allí para deshacerse de su responsabilidad, suponía que volvería a su lugar una vez fuera mayor de edad, pero aun era un niño.

Actuaba, lloraba, y celaba como un niño y no podía entender a Edith.

Los hermanos la hacían tocar música a su antojo, halaban su cabello y la molestaban arruinando las pocas cosas que ella tenía, pero nunca hizo un solo movimiento que indicara que odiaba estar allí, con ellos, tan pulcra y ordenada, ni un solo cabello se separaba de la larga melena negra, y sus ojos grandes siempre miraban todo con inocencia sin importar lo mucho que él ambiente la asfixiara... era la primera vez de Jhin reconocía que algo era bello, que era perfecto.

Pero mientras crecían él no fue el único que noto su adorable y sumisa esencia, y se arrepentiría de no haberla tomado en sus garras antes que lo hiciera uno de los hermanos, era difícil acercarse así que decidió hacer lo mismo que los hermanos cuando la conocieron, y eso fue atormentarla... pero cometió un error.

El hombre que la había tomado le había echo cambiar, ahora ya no era perfecta, estaba llena de actitudes y expresiones que no se veían bien en su apacible modo de ser, aunque no podía oír y aunque no podía hablar, Edith fue estropeada y sin poder hacer nada dejó que se escurriera entre sus manos.

Tocó con rabia su piano rememorando esa época en la que era un cobarde incapaz de hacer nada, aquel sentimiento de estar solo con el piano se perdió cuando recordó que era un mundo donde ella no estaba con él, lo cual le hizo fallar -mierda- mascullo respirando hondo para calmarse... en unos días se decidiría todo, ya era un artista nacionalmente conocido, un referente en su academia, esta presentación en Jonia finalmente le terminaría de dar prestigio pero como de costumbre no podía sacar de su cabeza aquella enfermiza obsesión.

No que el estuviera totalmente loco, sabía diferenciar entre lo moralmente correcto pero ya no le importaba, la puerta se abrió abruptamente.

Era esa mocosa.

-Jhin, estabas aquí- respiraba de forma irregular, probablemente como la atolondrada que era, habría corrido por todo el campus para encontrarlo, ella no le agradaba, no se parecía a Edith, era densa y caótica, un espíritu demasiado libre como para emular la clásica belleza que alguna vez fue la mujer que más amo. -aquí- le extendió un mamofleto de partituras -el profesor Ferrus dejo esto para ti, quiere que lo lleves contigo- Jhin alzó una ceja tomando los papeles con cautela, eran viejos estaban pegados con cinta por todos lados

-que es esto-

-dice que te darán suerte en Jonia, pertenecieron a...

-no me interesa- le corto, ella frunció el seño pero de inmediato su expresión volvió a ser boba, un ciego podría notarlo, esa jovencita gustaba de él, por esa misma razón habría tenido que analizarla con anterioridad, su cabello que antes habría sido de un amarillo chillón ahora era negro por su propio consejo y la ropa brillante llena de lentejuelas también fue remplazada por conservadores vestidos y diseños de flores a lo largo de su interacción juntos, ella no parecía odiar sus insinuaciones hacia lo que le pedía, por más que para él no fuera suficiente y esperaba después de irse no verla nuevamente.

Señas  (SonaxDraven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora