—Sí, bueno, no era gran cosa, solo un par de letras sin sentido ni estructura. La verdad nada importante.
—¿Solamente eso escribías?
—Creo que, en realidad mi vida nunca tuvo un sentido, el comenzar a escribir le empezaba a dar forma, a pesar de que fuera muy rara.
—¿Qué había en ellos? ¿Qué expresabas? —persistía preguntando, pero manejando un tema que amaba y que jamás me aburriría, aunque de forma peculiar, pues añadió al tipo de terapia palmadas ligeras sobre mis manos usando esa voz encantadora que tanto amaba oír.
—¿Tienes una hoja y una pluma?
—Aquí tienes —accedió a darme la pluma con la que siempre firmaba las recetas para atarantarnos.
—El único momento en que recuerdo mis dones de escritora es al tocar el papel y la tinta, de otra manera, ni siquiera sé quién soy yo.
Andréh comenzaba sutilmente el cuestionario vespertino por el cual me había sacado de mi habitación. Era demasiado encantador estar dentro de su consultorio; la música que escuchaba parecía estar retando a tu inteligencia y solo tú decidías si caías o no. Yo decidí que sí y comencé, no a escribir, pero sí a dibujar. Supongo que mi mente me abandonó en esos instantes para permitir que se burlaran de mí y no detuvo lo que mis manos sin conciencia hacían. Línea tras línea, rayón tras rayón, borrón tras borrón, cada vez eran más agudos, más precisos, más terroríficos, trazo tras trazo, tras trazo, tras tazo...
—¡Listo! Detente —evitó que prosiguiera reteniendo a mis dedos y de última dio un chasquido que apenas y percibí.
Como por arte de magia o de haberme deshipnotizado sentí cómo volví a despertar. Él rápidamente tomó mi dibujo y sin dejar de fijar su mirada en la mía para distraerme lo fue escondiendo dentro de su folder grisáceo.
—Déjamelo como un obsequio. Te agradeceré por siempre este gesto.
—Pero...
—Por favor —puso su mano sobre las mías y fácilmente me convenció, porque tampoco sabía qué exactamente había dibujado, ni siquiera tuve tiempo de analizarlo, así que no le di algún valor en especifico.
—¿Cómo te sientes? —acomodado en su silla siguió atentamente a todos mis movimientos.
Yo aún estaba completamente perdida y ni siquiera sabía por qué, nunca me había sentido así.
—¿De qué?
—Después de esto, de volver a tocar una hoja y un papel, claro.
—Dudo que haya sido buena idea, me comienza a dar...un tipo de pánico. Andréh, ¿qué me va a pasar?, ¿por qué me siento así?
El cuerpo empezó a temblarme por la razón evidente, yo no estaba enferma de ansiedad ni de esquizofrenia, mi mismo deseo por querer fingir se volvía real y era el que lo provoca. A veces incluso causaba mi propia psicosis. Esas alteraciones me daban cuando me sentía acorralada entre mis verdades y mis mentiras, y por defecto, de mí misma debía escapar. La mente se me oscureció, iba a vomitar o desmayarme, estoy segura de que lloraría, ¿qué- qué estaba diciendo?
—¡Chia, Chia!
Lo escuchaba, mas solo veía estrellitas alrededor de mis ojos. Él no me creía hasta que definitivamente no respondí ni balbuceé y eso significaba algo malo.
—¡Joder! ¿Chia?
No le quedó más opción que sedarme otra vez. Andrea le daría un buen regaño...
Salió a pedir ayuda a sus enfermeros para regresarme a Williams y que ella me terminara de dar la medicación, ya que él no podía hacerlo por falta de derechos sobre mí.
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𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝗜 "𝑬𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍"
Mystery / ThrillerEllos hicieron de mis últimos días unos tormentos: tormentos tan poderosos que acabaron con su vida misma. Se empeñaron en tratar de destruirme y verme derramar lágrimas por ellos, algo que consiguieron: lograron hacerme llorar por la desesperación...