El final del caso Spejel

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Todo un jodido mes me la pasé de maravilla. De vez en cuando el bigotón nos atendía y, por supuesto, nos dejaba más libertad que ella. En los partidos, Lexy seguía sobreprotegiéndome, aunque disimuladamente para dejarme respirar. De vez en cuando le echaba bronca a Sebastián, pero por una guerra absurda de egos de machos cabríos alborotados por la testosterona, sin embargo, tanto yo como las Dagger actuábamos como los sueros para relajar sus cerebros de gorilas. Y precisamente hablando de gorilas, las gemelas les hacían segunda como simias en celo. Alexys parecía no extrañar el contacto con Williams, aunque quién iba a hacerlo. Andréh no se había retractado sobre su decisión de no dejarnos salir, pero mínimo el mes se nos había pasado sin Andrea. Incluso fueron tan especiales esos 30 días que ambos pudimos dormir en las habitaciones del otro en ambas ocasiones. Leandro había llegado a realizar su chequeo semestral dos semanas después de la salida de Andrea que fue inesperada e injustificada para los otros que no estuvieron viendo el desglose de la historia nocturna ocurrida en su oficina. Se sorprendió al saber que todavía estábamos en calidad de internos, a pesar de que nuestros historiales marcaban una excelente conducta y perfecto cumplimiento de nuestras medicaciones, además del enorme progreso que habíamos consumado... Efectivamente, la emoción de Andrea era tan grande esa noche que olvidó añadir el percance que tuvimos Alexys y yo el día anterior. Luego la despelotada de Laura llegó moviendo el culo, como lo único que sabía hacer y se encerró con Ander en la dirección de enfermeras. Unos minutos después salió él con un rostro indescriptible; expresaban una tristeza que se originaba a raíz de una felicidad.

—¿Qué sucede? ¿No me digas que te sientes "violado" por el trasero de Laura?

—¿Tan malo fue?

—Míralo por ti misma —extendió a mí el papel que Jiménez le había entregado previamente —. Laura dice que Leandro autorizó mi salida. Podría estar dado de alta en menos de un trimestre en lo que se arreglan pagos y papeleos.

Mi mirada inducía nostalgia porque meramente me sentí mal al saber esa noticia, aunque quise disimularla.

—Pero es... una noticia buena, ¿no?

—Ambos sabemos que no, flaca, eso significaría... dejar de verte. Mi padre jamás aceptaría que salga con alguien a quien seguramente consideraría una "loca".

—Aseguro que en cuanto sepa que soy hija de los dueños de no solo una de las empresas más importantes en la ciudad cambiaría de opinión. Sin embargo, quizás él no sea el único impedimento... dudo que Andrea acepte que me visites, además de que no creo poder salir sola en los días de descanso. Sabes que por mí misma no me atrevo a pisar los suelos de allá afuera. Y verme dada de alta lo veo algo más que imposible...

—No dijeron nada de ti... De hecho, creo que seré el único en salir, supongo que el verme novio de ti les hace pensar que podré ser una pareja normal en un futuro.

—¡Están tontos!

—Loooo sé. Tengo que hacer algo para que alarguen esa salida, algo, algo se me debe ocu... —lo interrumpí.

—Ander, es hora de que vueles hacia una mejor vida. Fuera del psiquiátrico, de tantas drogas, de Andrea... de mí.

—De Andrea —sonrió sarcástico—, de ti...

—Tal como lo dijiste, te tomaste esto en serio...

—¡Pero es que tú también!

—Lexy, yo jamás podré salir de aquí. Estoy condenada de por vida, sin salida ni remedio, en cambio tú sí. Debes aprovechar esa maldita oportunidad. Total, tenemos menos de tres meses para gozarnos completamente.

𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝗜 "𝑬𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora