Dear Mom

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Todo este tiempo, todo este maldito tiempo necesité de una razón para poder seguir vivo. Entre nubes grises y gritos de desesperación trataba de encontrar la verdad; un porqué para vivir.

Te veía cada más lejos que ya ni siquiera te lograba recordar; decidiste abandonarme, decidiste olvidarme para gozar de lo único que era tuyo: tu jodida vida.

Decidiste encerrarme entre las paredes de mi cabeza junto a las voces malvadas que solo me aconsejaban deshacerme de ti.

Me hundiste hasta lo más profundo de mis lágrimas para lograr huir de tus resentimientos y demonios creyendo que dejándomelos a mí... sería capaz de sobrevivir.

He estado en este lugar tanto tiempo tragando mierda y mi propia saliva que siento que es el cielo, a diferencia de vivir en tus brazos.

Callaste cuando te necesité, gritaste cuando él te hacía desesperar, me golpeaste cuando me viste llorar, trataste de arrastrarme contigo al infierno, hiciste hasta lo imposible por convertirme en lo que fui.

Intenté matarme, quise correr de ti, se burlaron de mí, me empujaron, me arrodillaron, me humillaron... y finalmente los asesiné. ¿Por qué me culpan ahora? ¡Eh! Deberían encerrarte tras de estos barrotes a ti y no a mí, deberías seguir sufriendo tú y no yo; debería estar pudriéndose en el infierno tú y no yo.

Pero ahora, querida madre, todo va a mejorar, todo va air bien porque ellas me lo dijeron, dijeron que terminarás en el mismo lugar que ellos; bajo la puta tierra.

El resentimiento y el odio eran lo único que todos escribíamos sobre el papel: esas letras que nos mentían diciendo que llegaban a nuestra familia era solamente lo que nos seguía manteniendo en pie y tranquilos.

Todos culpábamos a una sola persona por la cosa desgraciada en la que nos habíamos convertido. No sé qué era lo que sentía el pequeño Steve o lo que pasaba por su mente, pero aseguro que lo entendería completamente porque, incluso yo que llevaba casi dos años y medio en esa prisión donde se supone debían ayudarme a salir de mi pésimo estado emocional seguía teniendo esas ganas locas de matarme.

Y es cuando entiendes que la edad no limita a la cruel depresión; él con doce años, ella con treinta y seis, ellos con más de cincuenta, yo con casi veintitrés y todos soñando con algún día dejar de respirar definitivamente.

Asimismo, cada uno de los encerrados en las celdas o detrás de un escritorio dentro de una oficina aún llorábamos por los abrazos que de esa persona nunca recibimos, por las lindas palabras de consuelo que siempre expresaron con golpes y lo miserable que nos hacían sentir con las expresiones utilizando a nuestro nombre como protagonista.

"Extrañé cada puto día de mi vida en este maldito hospital una visita tuya, pensé que vendrías a verme al menos una vez, creí que hacías esto porque me amabas. Pero cuando me hicieron comprender que no querías tenerme cerca nunca más hice lo único que tenía que hacer" ... QUERIDA MADRE.

Por primera vez de mi estadía en el hospital alguien amanecía atado al cuello con sus propios calcetines al filo de los barrotes... Como dije antes, Adam ya no resistía más y decidió darle fin a sus tormentos, aunque lo raro fue que le impidieron toda vista a Andrea y alguien más tuvo que encargarse por ella.

Cuando Adam salió por el pasillo cubierto con una manta blanca me hizo sentir aterrada por mi propia vida y creo que solo por ese momento la idea de dejarme sin signos vitales se me fue; definitivamente ese acto requería de mucha valentía, cosa que por supuesto no tenía.

Y tras leer indebidamente su carta de suicidio, los recuerdos horribles con mi madre se empezaron a pasar por mi mente como película del cine viejo y mis antiguas canciones de rebeldía fueron las únicas que me protegieron en ese instante de ansiedad.

"Todo este tiempo

todo lo que necesitaba era una prueba

de los que amo.

Todo este tiempo estuve buscando la verdad

sin ningún resultado

Nunca me amaste ni una sola vez.

¡Te odio tanto!

Cuando todo llegó a su fin me dejaste.

¿Cuántas razones necesitas?

Todavía luchamos de esta manera

Tan lejos, muy lejos

¿Cuántas veces tengo que morir

para que te despiertes?

Abre tus ojos y mira que estoy empezando a romperme.

Cuento los segundos, los minutos también,

tengo los ojos bien abiertos.

Finalmente, todo está tan claro y veo la verdad

Había una razón

Nunca me amaste ni una sola vez

¡Te odio tanto!

Todo el mundo puede ser madre,

pero yo no soy tu hijo" ...


QUERIDA MADRE...

𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝗜 "𝑬𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora