El final del final

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Cuando fueron a dejar mi cena escuché que las enfermeras hablaban sobre el regreso de mi bigotón. Volvió mi pánico, pero también sentí tristeza. Capaz y solo me sugestionaba y me iría sabiendo que ni siquiera le pude agradecer a quien hizo en mis tormentos un ligero arcoíris; o que ese mismo resultara un mentiroso que solo quería obtener mi verdad. ¿Por qué el jodido mundo es tan complicado? Porque incluso yo, que parecía tener bastante madurez terminé siendo una niña que, por no afrontar su pasado, quiso escribir y ser famosa por un libro de homicidios. ¡Ni que fuera un detective! Ah, no, espera, yo iba a ser un forense.

Debía dejar de contaminar mi cabeza con tantas ideas estúpidas, porque de no hacerlo a la hora de la acción sería la misma mariquita que fui siempre ante Andrea.

Luego, finalmente llegó el jodido momento.

Los enfermeros entraron para medicarnos; volví a mentir y me mentalicé muy fuertemente para que las trampas que usaban ellos para darse cuenta de que dormíamos no me delataran. Conmigo pasaron a las doce de la mañana, igual que con él y todo resultó perfecto.

Después, para comenzar el principio del final salió él primero con toda calma y silencio del mundo para asegurarse que la guardia hubiese terminado. Antes de todo, reuní cualquiera de mis viejos pasadores que pudiera encontrar por si alguno se perdía o no servía y no resultar afectada por ello. Salí después de recibir su señal de seguridad, lo alcancé y ambos nos fuimos a la oficina privada de Andrea; que era vieja pero resguardada, igual que su oficina.

Retomamos toda parte del plan, aunque antes de entrar nos topamos con el problema de la llave para el candado que aseguraba la habitación. Probé todos mis pasadores, pero fui inútil y tuve que utilizar el único que medio me sujetaba los cabellos. Ander seguía cuidándome la espalda de los demás. Intenté forzar la cerradura de la puerta con desesperación hasta que al fin logré entrar y me fui directamente al escritorio donde se supone estaría toda la información. De nuevo los pasadores me salvaron la vida. Busqué con mayor importancia a mi libro en el tercer cajón que había mencionado Lexy. Y, efectivamente encontré los dos de cuero negro, por cierto, demasiado idénticos para ser coincidencia. Lo único que los diferenciaba era el contenido. Su letra en otro ángulo distinto a ser médica era similar a la mía. Logré notar que era una especie de diario, puesto que, mientras yo escribía sobre cómo asesinar a quienes odiaba, el suyo hablaba de cómo la torturaban lentamente día con día. Se podría decir que comenzaba a entenderla, luego de siquiera leer las primeras páginas, apuesto a que si lo hacía hasta el final... seguramente me apiadaría de ella sin duda alguna; aunque fuese totalmente brutal y nada considerada conmigo.

Ella convivía con el demonio sin poder escapar de él; igual a lo que sucedía conmigo.

"Vivo con ese monstruo que me atormenta día con día, noche con noche y sin poder librarme de él. Más allá de los demonios en mi habitación y en mi mente; me duele saber que son iguales a mí".

Hace tiempo vengo pensándolo, ¿será que también voy a enfermar? ¿Seré uno más de esos locos sin remedio? Una débil mentalmente más, ¿qué es esa voz que escucho a diario?

Jamás podré huir de aquí: nadie me cree, nadie me ama, nadie está conmigo, espera... es esa voz otra vez.

No sé por qué, pero siento que ese monstruo quiere hacer conmigo lo mismo que hizo con mi madre...

¡Sáquenme de aquí! ¡Sálvenme de él! ¡Ya no aguanto más!

Creí que hablaba de alguna enfermedad mental para las que estudió, no más hasta que leí la otra parte.

Este día fue terrible, ¿qué demonios nos pasa? Sus golpes duelen cada vez más, sus palabras terminan por herirme, ¿qué es lo que esperaba de mí, mi padre? Solo falta que termine haciéndome lo que, a mi madre, pero no quiero que me mate, así que no puedo decir nada.

𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝗜 "𝑬𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora