A la mañana siguiente no pude despertar tranquila como se debía esperar, porque de nuevo las pesadillas se empeñaban en molestarme. Otra vez, una mujer que parecía advertirme mi final entre un dibujo que yo sentía conocer. Concluyendo, supongo que la intriga por saber qué eran esas imágenes son las que no me dejaban reposar en paz durante mis horribles y pesadas noches. Lo único que quería era poder escapar de esos terribles sentimientos que me inducían una culpabilidad hacia algo que no sé exactamente qué era, pero me atacaban... sin nada de piedad.
Abrí los ojos repentinamente y el corazón latía como si previamente estuviese siendo asfixiado. Me pregunté qué demonios me estaba pasando o al menos saber por qué de repente comenzaban estas pesadillas a atacarme si me sentía livianamente relajada. A decir verdad, lo único raro esa mañana fue que no desperté a nadie como venía sucediendo en los días anteriores, así que, seguramente no fueron esos "sueños lúcidos" de los que hablaba Andréh, sino simplemente un mal dormir. Me senté un rato sobre mi frívola cama admirando lo reducida y nada abrigadora habitación que tenía. —¡Shiiit! —hablé chocada de tener que vivir encerrada sin nada de lujos ni comida. Me vi las ropas que me quedaban extremadamente holgadas y noté que seguía perdiendo peso, en lugar de coger masa por las hormonas que ganaba al acostarme con Alexys. Comencé derramando una lágrima sobre mi seco rostro hasta terminar empapada de ellas con basta desesperanza. El llorar me abría el hambre y lo peor de todo, es que estaba regularizada como un vil perro pulgoso; comida, baños y salidas con horarios previamente establecidos sin cambio alguno, ni mucho menos compasión.
De repente, se escuchó cómo las Dagger empezaban a pelearse con Spejel y Steve, que ahora eran llamados "los protegidos" de Andrea, pues eran a los únicos que ella no trataba mal, y eso significaba que a las gemelas busconas les iría mal esa mañana. Les impusieron un castigo doblemente peor que el mío. Ciertamente poco después de que llegaron agradecí sus malditas, escandalosas y descojonadas presencias, ya que con eso Williams dejó de enfocarse tanto en mí y encima su alma parecía ablandarse; lentamente, pero algo ya era de ganar.
Pasé la mayor parte del día sin nada interesante que contar, hasta que... cayó la noche y como siempre el caso Spejel se adueñaba de mi mente. Busqué por debajo de mis sabanas algún pasador en forma de llave que hubiese sobrevivido para volverme a escapar. Esta vez trataría de no estar al alcance de los ojos de Andréh para que no volviera a sorprenderme casi queriéndome quitar el maldito hipo que ni siquiera tenía. Cerca de las ventanas de la oficina de Williams me quedé recargada para poder oír un poco de lo que hablaban. Luego de media hora ya estaba quedándome dormida sobre la pared porque el tema era aburridísimo. Mi boca se extendía a todo lo que daba cuando bostezaba y hasta lágrimas del aburrimiento me salían, no fue que pararon sino hasta que ella mencionó: —Estoy enamorada de alguien —se pausó un momento mientras pensaba si proseguir contándole a una mujer que parecía aborrecer al "amor" o si por el contrario era mejor callarse y no desahogar su lamento de sentimiento penosamente no correspondido.
—Desde hace mucho siento amarla —ambas se miraron extrañadas, confusión que llegó hasta a mí—... o sea, a la persona —Andrea se conformó con la respuesta y solo asentó con el ceño, pero yo presentía que esa no era la verdad—. Esa persona se la pasa todo el tiempo aquí dentro y por desgracia, su vida es esta. Mi madre hizo que me enamorara.
—Stephania. ¿Quién es tu madre?
Cuestionó Williams, ignorando que aquella chica le platicaba sobre uno de los sentimientos más importantes para sí, puesto que sabía perfectamente que aquella persona de la que hablaba jamás la amaría como ella sí lo hacía. Antepuso la intensidad de su duda y directamente quiso saber la verdad.
—Era alguien muy especial, Williams. Y no entiendo cómo tú pudiendo tener al amor de tu vida te cierras de él. Hay muchos aquí adentro, allá afuera, quizás a tu lado que no tenemos la misma suerte de poder gozar de esa satisfacción... como pudieras hacerlo tú.
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𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝗜 "𝑬𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍"
Mystery / ThrillerEllos hicieron de mis últimos días unos tormentos: tormentos tan poderosos que acabaron con su vida misma. Se empeñaron en tratar de destruirme y verme derramar lágrimas por ellos, algo que consiguieron: lograron hacerme llorar por la desesperación...