Maldita psicópata

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—Así es, maté a cada uno de esos hijueputas y lo gocé como no tienes ni una puta idea, Andersson y ahora mismo lo haría contigo si pudiera, pero a puñetazos no lograré derribar tu pesado cuerpo de chimpancé.

A la par de mi explicación, Andréh en su viejo, pero cómodo sillón acompañado por el frívolo silencio y una taza de café leía cada escena imposible de creer en una hoja amarillenta de mi libro y los pedazos de antiguos periódicos que Andrea había reunido como refutación a mi obvia culpabilidad: primero,

—Encontré a los primeros 5 fuera del bar al que constantemente solían ir. Ellos me recordaron, dijeron que no olvidaban cómo antes fingía ser una persona sin sentimientos y pidieron disculpas a todas las burlas que me hacían, pero estaban tan perdidos como drogados, ni siquiera entendían lo que decían. Aceptaron también que me veía muy hermosa con mis vestidos nuevos. Ninguno de ellos pudo evitar mirarme con morbo y desearme, así que me fue absolutamente fácil aparentar que quería entablar un nuevo presente lleno de lujuria con ellos. Pedimos varias copas, intentaron drogarme, pero los idiotas no sabían que se toparon con una criminalista y química atenta a todo mínimo detalle, además que, drogada o no, jamás habría tomado de las copas que me diesen, en su lugar, uno de ellos fue quién la bebió. A los otros los emborraché, pero no con simple vino y al último lo obligué a esperarme dentro de una habitación, mientras sus amigos caminaban en silencio y lentamente hacia su muerte. En cuanto 4 cayeron al suelo, el restante quedó dormido profundamente para siempre recostado en una cama después de haberle sido infiel a la novia que tanto decía amar como tú, desgraciado.

*4 muertos envenenados con arsénico son descubiertos fuera de un bar y el quinto de los amigos dentro de una de las habitaciones del mismo*

Voy a asesinar a 5 primero, como experimento de prueba. Los he estado observando constantemente teniendo pánico al imaginar que no he dejado de temerles y que en algún momento ellos puedan aprovecharse de mi debilidad mental. El veneno será letal sobre sus cuerpos y ni siquiera sabrán cómo ni quién ha sido porque perdidos en el alcohol estarán pajeándose con la excitación que mi cuerpo provocará. Todas las pruebas apuntarán a una intoxicación causada por ellos mismos en su estado de ebriedad y a la mujer que los acompañaba jamás lograrán identificar.

—Cómo- cómo diablos tú... ¿cómo diablos lograste tener esa sangre fría? —preguntaba él estupefacto, aunque atento también a los detalles.

—Es que no se necesitan músculos, ni ser hombre, ni tener cara de rudo o un tatuajes sobre el cuerpo, no más que un cerebro maliciosamente inteligente e intrépido con ansias de calmar la sed de odio que ha guardado toda una vida.

—Te miro y jodidamente te admiro...

—No si sabes que a las otras les giré sus cuellos con rapidez y sin piedad: guantes negros para todo cubrir y perfección para saber mentir;

*Cerca de la avenida principal una mujer sin vida, aparentemente con el cuello fracturado. 3 cuerpos femeninos más son hallados sin vida con fracturas en el cuello en esta última semana...*

A las mujeres; esas hijueputas que tanto odio, que tanto se llenaron la boca con veneno por sus comparaciones no les tendré ni un gramo de piedad, así que les quitaré la vida luego de haber probado las delicias en sus cuellos y después de haber saciado mi enferma perversión tocando y mordiendo sus hermosos pechos, ciertamente, lo único bello en ellas. No imaginarán jamás cuánto gocé el haberlas amordazado y atado una al lado de la otra para tener variedad en la elección de a quién tocar. Una tenía los senos hermosamente rellenos agregando sus deliciosos pezones color rosado que sinceramente me volvían todavía más loca, la otra que se burlaba de los míos llevaba dentro de su brasier un extra cargo de relleno: con cada encaje de mis dientes en sus botones cafés la hacía sufrir teniendo en mi rostro una enorme sonrisa que expresaba maliciosamente mis deseos a por ella. Con dos de ellas me resultó muy difícil, pues fue extremadamente nuevo para mí chupar enormes cantaros color, y con un poco de imaginación, sabor a chocolate, pero allí aprendí que todos saben particularmente a nada, mas es jodidamente divino apretarlos y lamerlos como a un verdadero dulce. Las mujeres... saben hermoso. Todas llevaron mis marcas, pero no mi saliva, aunque mucha de ella hubiera quedado de no haber sido que previamente se ducharon en una tina con agua y hielos... Todas aparecieron con un rasguño sobre sus cuellos y rostros, salido del cierre de mi guante, aquel que algún día quisieron usar para comprobar que no tenía las manos jodidas por lavar trastos y barrer las habitaciones, como si eso fuese algo de lo cual avergonzarse. Lo que más costó trabajo fue trasladarlas, puesto que, quería dejarlas desnudas y sufriendo de vergüenza aun después de muertas frente a todos, para que así quizás sus malditos padres supieran que eran unas putas desgraciadas y no siguieran mintiéndose más. Tuve que recurrir a una gran ayuda y una por una, salieron para ser la noticia del día...

—A otros los degollé; son machos, pero cuando se es loco, sacamos hasta la fuerza extraordinaria que imaginamos tener. Lógicamente en Halloween nadie imaginaría que la sangre en mi rostro era real y extasiada pude atravesar la calle sin ningún jodido problema. Muchos de ellos sospecharon de algo malo mientras caminaba plácidamente por las avenidas. El parecer drogada y con el cerebro fuera de este mundo no era una figura metafórica, había sido la primera vez que los alucinógenos entraron por todo mi sistema cuidadosamente. Los crédulos admiraron lo real que lucía mi disfraz y me dejaron pasar sin ningún contratiempo. Todos ellos terminaron en donde debían estar.

*5 hombres más desaparecen en la noche de Halloween y dos días más tarde aparecen todos juntos en el basurero de la comunidad. Se comienza a sospechar de un asesino en serie en la ciudad. *

A los 5 malparidos que me hicieron la vida insufrible les cortaré el cuello para gozar de satisfacción cuando su sangre empape mi pálido y fino rostro para así convertirlo en una obra de arte terrorífica sacada de alguna película de ficción horrífica. Nadie dentro de una fiesta de máscaras lo notará porque son igual de imbéciles. En el lugar al que pertenecen terminarán. Nada más que siendo vil basura, aunque ellos sean un insulto para esta última.

—3 de ellos se ahogaron mientras vacacionábamos, como cuando sus mentiras y juegos me hicieron llorar tras una mugre apuesta salvaje. Igual que tú, pusieron sobre la mesa a mis sentimientos para los jugaron y cogérselos entre todos como lencería de puta.

*Alerta costera; 3 universitarios mueren ahogados durante las vacaciones de fin de año*

Tengo planeado hacerlo con 3 más, después de aquellos 14 victoriosos, excitantes y gloriosos homicidios por mi autoría. Aún sigo experimentando, pero siempre he querido hacerlo y que se lleven un recuerdo salado como mi suerte en sus manos. Bombearé agua de mar hacia sus pulmones para que se enteren de lo que yo sentí cuando para ellos signifiqué una mierda. Sé que me costará una parte de los míos, pero nada que no pueda superar.

—Para los últimos 10, solo tuve que esperar a la fiesta de teatro que darían y así a todos juntos aniquilar. Acribillados; llenos de balas para quedar como sus cerebros agujerados al nacer: niñatos sin una pizca de sentido común ni inteligencia. Lo gracioso es que una de ellas, me había rogado darle el perdón, luego de saber que por ser la mejor alumna podía pedirle casi cualquier cosa a cualquier directivo, incluido el del teatro. Le sonreí diciéndole que sí y, efectivamente conseguí su papel solo... para facilitarme el maldito y difícil, aunque satisfactorio trabajo de asesina.

*Balacera en el Tetro de las Margaritas: 13 estudiantes fallecidos y 2 hospitalizados con heridas de 3er grado. *

Para apresurar los pasos, otros 10 morirán a la vista de todo el público para recibir esos tantos aplausos que pedían desde pequeños haciendo estupideces para llamar la atención. Las noticias anunciarán una nota donde supuestamente habrá varios heridos con gravedad, sin embargo, solo será una cortina de humo para disfrazar la frase *se teme a que no sobrevivan*. Esa nota la habré dado yo "anónimamente".

—Eres una maldita psicópata... —alcancé a escuchar que susurró con admiración y miedo a la vez.

—Y los restantes... son un pequeño secretito que no te diré. Por eso, mi estimado idiota, es que estoy encerrada —terminé escupiéndole—. Y lo mismo que Williams te dijo, no me detendría la vida ni un puñetero segundo solo por un niñato que ni el coño se sabe limpiar. Por un despelotado —hablé con lágrimas de rencor y coraje—... que aun conociendo todo lo que me lastimaba decidió unirse al mundo en mi contra, claro, mentalmente. Alguien que creí amar...

Me miró nuevamente con una sonrisa sarcástica y llena de malicia que desmoronaba toda aquella pequeña ilusión y esperanza que tenía de importarle aunque sea mínimamente.

—Somos la misma mierda, Chiarola... somos la misma puñetera jodera.

—Déjame en paz y ándate a la mierda. No quiero volver a verte otra vez, al menos no cerca de mí.

—Si irme a la mierda te refieres a irme al hospital ambos terminaremos allí, mi pequeña flacucha.

—Me vale un grandísimo y reverendo pepino —le ignoré y me largué de su lado, no menos herida que al principio, pero sí livianamente desahogada.

𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝗜 "𝑬𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora