Labios Compartidos

6. Roomies y algo más.

Aunque les valga madre
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Narrador.

En la Mansión Zurita, todos ya estaban en la sala que contaban con un un gran pantalla plana, a pesar de que la casa tenía una sala de cine, decidieron hacerlo en la sala porque podían tirarse en el piso, pusieron varias mantas en el suelo y se acurrucaron todos a ver la película y comer pizza, a Calle y a Nela les tocó comprar cinco cajas de pizza Familiar, gaseosas, y les tocó hacer las palomitas, estaban viendo una película de terror y cada uno estaba abrazado a alguien, Juana a Poché, Mario a Sebas, Zurita y Pau, Amalia y Nela, Calle y Juan quienes eran los más asustadizos, las cosas entre Daniela y Poché no han estado tranquila, luego de lo sucedido Calle o Sam a tomado más confianza, según sus pensamientos si Poché no sintiera atracción por ella no se la pasará provocandola, la hubiese alejado cuando ella la beso, no le hubiera pedido más antes de que Juana las interrumpiera, durante toda la película Calle no le quitó la mirada a Poché, ella lo sabía pero se hacía la que no, Poché reconoció que Calle no le era indiferente, pero según ella no podía.

Pov Poché.

Samantha, Samantha, ella siendo ella, sus besos, sus manos, sus caricias y sus palabras, toda ella me a hecho sentir diferente, y como negarlo, ninguna otra persona me ha hecho sentir como ella lo hizo, mi cuerpo nunca se había estremecido ante el tacto de alguien como lo hizo con ella, mis labios no habían ansiado tanto los besos de alguien como lo hizo con ella. Pero no, no puedo, no quiero, siempre he soñado con enamorarme de alguien y sentir esas sensaciones con ese chico y que el sienta lo mismo por mí, pero no puedo, no puedo sentirlo por una mujer, Samantha Rogers no puede venir a cambiar mis planes, con ella sólo hay una atracción física, que no pasará a más, lo que sucedió en el baño no puede volver a pasar, desde que llegamos a la casa ella no me ha quitado la vista de encima, hoy nos quedaríamos en su casa por que íbamos a hacer un pijamada, ya la película había terminado y estábamos hablando de ella.

-Oigan chicos quiero proponerles algo- Juanpa llamo la atención de todos.

-Se que tenemos poco tiempo de conocerlos, pero les hemos cogido un gran aprecio a todos, entonces se me vino a la mente una idea que tal si, mientras están en Italia ustedes se quedan aquí con nosotros y así no la pasan en un hotel, ¿Qué dicen?- pregunto.

-A nosotras nos parece buena idea- afirmó Amanela.

-Además nos veríamos todo los días ¿qué dicen?- esta vez fue Juan.

-Estaria super bien- Hablo Sam con una sonrisa, esto no me podía estar pasando, no podía convivir en la misma casa que ella.

-No, parce, nosotros nos apuntamos- hablaron Sebas y Mario, yo los fulmine con la mirada.

-¿Qué?- preguntaron en un susurro.
-Yo digo que si- esta vez fue Paula.

Mire a Juana para ver si me ayudaba y susurro un lo siento.

-Yo también me apunto- dijo Juana, todos mis amigos sabían de mi situación con Sam, entre nosotros no había secreto.

-¿Y tú Poché?- pregunto Sam, maldita sabía que yo no quería su sonrisa cínica la delataba.

-También- dije con una sonrisa fingida y todos empezaron a celebrar.

-

Ya eran las 2 de la mañana y todos estaban durmiendo en sus respectivas habitaciones, yo estaba en la sala porque no podía dormir, una figura delante de mi me saco de mis pensamientos.

-¡Ay por Dios! ¿Que quieres?- le pregunté parandome para salir a la terraza.

-Sólo vine por que no podía dormir, no sabía que estabas aquí- dijo ella caminando detrás de mi deteniendose cuando yo lo hice, muy cerca de mi, podía sentir su respiración en mi nuca, me di la vuelta y por instinto mi mirada bajo a sus labios.