15. ¿Qué Más Pues?

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Calle/Sam.

¡Oh my God!, estoy demasiado feliz, hace unas horas salí de la casa de Poché y no podía parar de pensar en la noche tan exquisita que tuvimos, tenía que tener en cuenta que debía regalarle una mesa de comedor.

Habíamos quedado en que iríamos a bailar mañana por la noche, como una primera cita.

Llegué a mi casa y cuando me abrieron la puerta, Henry me miró preocupado.

- Señorita Daniela ¿Está usted bien? - preguntó mientras señalaba su cuello, indicando que era el mío.

- Si Henry Tranquilo - le di unas palmada en su hombro y me dirigí a las escaleras para subir a mi habitación y dormir un poco.

- ¡DANIELA CALLE SOTO! -

¡Diablos!

- ¡Hola Mami! - dije tierna, su cara se relajó, ¡Ja! Siempre funcionaba.

- Hija se que ya tu eres mayor de edad, pero que te costaba mandar un mensajito de que estabas bien, o que no ibas a llegar a dormir, me tenías preocupada - dijo ella abrazandome.

- Lo siento Ma lo olvidé - ella me analizo y alzó una ceja cuando su mirada se fijo en mi cuello.

¡Me miró pícara!

- Ya... Veo que te divertiste - sonreía burlonamente y en eso venía entrando Juliana. Lo que me faltaba.

- ¡Hola ma!, ¡Hola Dani!, ¿Que haces? -
Preguntó ella dando nos un beso en la mejilla, mi mamá no quitaba su sonrisa pícara.

- Tu hermana por lo visto se divirtió mucho - señaló las marcas.

- Ay ya, me voy chao - subí las escaleras y antes de entrar a mi habitación escuche a Juliana.

- Ni siquiera traes la ropa con la que te fuiste ayer - me reí y entre a mi habitación y me lancé a la cama.

En la noche...

El incesante sonido de mi teléfono fue lo que me despertó a las 2:49am gruñiendo me levante a contestar sin ver el ID y jurando matar a quien sea si no era un asunto importante.

~~Llamada ~~

- ¿Aló? - conteste con la voz adormilada

- Rogers me tenias abandonada - al escuchar su voz toda mi frustración se va de mi cuerpo

- Lo siento preciosa, llegue a casa y en el momento que toque la cama no supe más de mi hasta ahora - le explique con una sonrisa boba

- lo siento por despertarte, quería saber de ti - escuché en su voz algo de timidez.

- Tranquila, además creo que ya me iba a despertar porque tengo hambre - le dije buscando mis manos libres.

- Yo también tengo hambre pero no precisamente de comida - noto el tono seductor en su voz.

¿En qué pensaba esta niña traviesa? - pensé

- Y específicamente de que tiene hambre señorita - pregunte siguiendo su juego.

- Tengo hambre de una castaña que tiene un cuerpo de infarto que ¡Dios mío! - dijo en un susurro que ya me tenía mojada y podía verla sonreír con picardia y su labio inferior entre sus dientes.

- Eres insaciable - dije riendo.

- Y quien no, contigo en mi mente y todo lo de anoche es imposible no querer tenerte desnuda dentro de mi y recuperar el tiempo perdido.

- No juegues con fuego Poché- susurre con la voz ronca.

- ¿Y qué? si me quiero quemar - dice con una risita.

Labios CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora