39. ...Desastre

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En algún Almacén abandonado de Bogotá una mujer era arrastrada con los ojos vendados y las manos atadas.

— Por favor déjenme ir — sollozaba la mujer mientras dos hombre la sentaban en una silla y amarraban sus pies.

— ¿Mamá?— A la distancia oyó la voz de su hija.

— ¿Poché?, Mí amor — lloró la mujer, de repente la venda fue quitada de su rostro y logró ver a su hija atada igual que ella a lo lejos.

— Mamá él está loco — declaró Poché a la distancia, César observaba la interacción de ambas mujeres desde la distancia donde ninguna de las dos lo podían ver hasta que se hizo notar con unos aplausos y comenzó a caminar para estar en el campo visual de ambas.

— Que lindo este encuentro familiar — declaró el hombre con total malicia.

— Ahora que estamos completos — él se arrodilló a los pies de Martha.

— Martha mí amor, desde que te vi quedé impactado con tu belleza y dulzura, fuimos separados injustamente pero ahora tenemos la oportunidad de estar juntos, de ser solo tu y yo y nuestra niña, ¿Que dices Martha? ¿Te casas conmigo? — Saca de su bolsillo una caja de terciopelo azul mostrando en su interior un hermoso anillo con un gran diamante en el medio.

La mujer se encontraba confundida y algo ida no entendía que sucedía.

— ¿Que dices César? — preguntó tratando de entender al que hasta unas horas ella consideraba su cuñado parte de su familia

— Lo que escuchaste mí amor ¿Te casas conmigo? — volvió a preguntar con una gran sonrisa en su rostro, Poché no podía creer lo que estaba viendo, ese hombre estaba loco.

— Por su puesto que no César, tu eres el  hermano de mí esposo y el tío de mis hijas, ¿Te volviste loco? ¿Por qué nos haces todo esto? — Garzón se puso de pies con la mandíbula apretada.

— Tu eras mía Martha Guzmán y lo seguirás siendo— gritó el hombre cada vez más rabioso.

— Nunca lo he sido, que incoherencias dices — gritó la mujer para luego sentir su mejilla arder luego de recibir una bofetada

— No, no, Perdón mí amor, perdóname fue un impulso.— el hombre estaba arrodillado llorando al ver la mejilla roja de su amor.

— Déjanos ir, no sé que locas ideas pasan por tu cabeza pero no es lo correcto — susurró la mujer con lágrimas en los ojos.

Garzón se puso de pies.

— Lo correcto es una palabra sugestiva, Juan Carlos me robo mí sueño de una familia, ahora yo le quitó la suya.

Pov Calle.

Cuando llegue a la sala principal de la Mansión Calle todos estaban reunidos al rededor de una caja.

— Esto acaba de llegar— informo mi mamá.

— Y es de Cesar Garzón.

...

Estaba nerviosa, podía ser alguna bomba.

— Salgan todos — pedí.

— ¿Qué? — preguntó mí mamá

— Salgan todos de aquí, podría ser una bomba o quizás no pero no voy a poner a nadie en riesgo — Todos empezaron a protestar.

— ¡No pienso dejar que abras esa cosa! — Exclamó mí mamá.

— Mamá necesito abrirla. — le supliqué con la mirada.

— ¡Es un peligro!.— gritó

— Que estoy dispuesta a correr — contesté en el mismo tono.

Labios CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora