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Estábamos llegando a la estación de servicio en donde habían sido vistos por última vez, cuando sonó el teléfono de Alex.

-¿Qué pasa? ¿La vieron? ¿En dónde?. Ok vamos para allá- Colgó.

-¿Qué sucede?- Dijimos en unísono el otro policía y yo.

-Parece que los vieron por la 84- Dijo sonriendo e inmediatamente observo al que ya venía conduciendo. –Quiero que seas muy rápido, esto es de vida o muerte- Le indico mientras se guardaba el teléfono en el bolsillo.

-Ok, Sosténganse.- Nos advirtió debido a la velocidad a la cual pretendía comenzar a andar. Ambos nos tomamos de lo que pudimos y yo comencé a orar porque fuera cierto el avistamiento de la camioneta en donde estaba Anna y los niños.

Mientras el auto marchaba a toda velocidad yo me quejaba en silencio por el dolor que sentía cada vez que el auto saltaba un poco. No quería demostrar que me estaba doliendo sinceramente demasiado para así no preocuparlos y que tuvieran que detenerse por mi culpa y perder la pista que ya tenían casi asegurada. Alex comenzaba a preparar su arma debido a que ya estaba consciente de que la única manera de detener a aquel hombre era prácticamente o lastimándolo o matándolo.

-Oye amigo.- Dije un poco serio al recordar el accidente con la pistola. –Lamento haber fallado con el disparo, pude darte a ti y herirte.- Me disculpe por mi error anterior.

-Tranquilo hermano, no fue tu culpa, yo me confié por pensar que podría solo y yo sinceramente también lamento no haberlos podido defender como se debía.-

-No te preocupes- Extendí como pude mi mano para demostrarle que todo estaba bien y que aun valoraba mucho mi amistad a lo que él respondió estrechándola y así dejando atrás todas nuestras incomodidades sobre el asunto anterior en el camper.

-Ya, ya – Interrumpió el otro policía –Dejemos las tristezas y vamos a emocionarnos, estamos cerca de tu esposa y tu hija Nick- Dijo intentando animar la situación.

-Espero que todos estén bien.- Me coloque un poco serio.

-Claro que si Nick- aseguro Alex mientras tomaba su teléfono -Estamos cerca compañero- Le indico al chofer mientras le mostraba la pantalla.

-uff. Demasiado cerca.-

Seguimos acelerando hasta que repentinamente otra patrulla se colocó detrás de nosotros.

-¡Ali esta Mata!- El otro conductor comenzó a bajar la velocidad para poder comunicarse con él, cuando ya estuvieron lo suficientemente cerca ambos bajaron el vidrio.

-¡Pasaron hace poco!-indico Mata sobre la camioneta e inmediatamente comencé a sentir un gran nudo en el estómago.

-¡Vamos por ellos pues!- Grito Alex mientras subía el vidrio y nuevamente aceleraban.

Ya estábamos cerca de salvar a mi familia, no saben cómo rogaba al cielo que ellas estuviesen en esa camioneta porque si llegábamos a alcanzarla y Carlos estaba solo, iba a enloquecer a un punto que ni siquiera yo mismo conocía.

Seguimos Rodando junto a la otra patrulla hasta que repentinamente vimos como la camioneta de Alex iba a poca velocidad por la carretera principal.

-¡Ali están!- Grite (Lo cual hiso que me doliera todo mi hermoso cuerpo) Mientras señalaba a la camioneta.

-¡Ese desgraciado, Tiene a mi pobre camioneta!- Se lamentó Alex mientras sacaba la pistola para tenerla en mano.

Estábamos posicionados detrás de la camioneta, buscando la manera de acercarnos cuando repentinamente esta comenzó a acelerar de una manera muy bruce.

-Se dio cuenta- Indico el chofer.- -Tenemos que tener cuidado-

-Cuidado. No vaya a acelerar tanto que se voltee con todo y las victimas adentro- Advirtió Alex. –No lo perdamos de vista-

La camioneta seguía aumentando la velocidad y moviéndose de una manera bastante peligrosa, era tanta su velocidad que temía que fuera a tener algún tipo de accidente y como para el idiota de Carlos lastimarse él y hacerlo con los demás no significaba absolutamente nada me sentía mucho más desconfiado.

-Espera ¿Qué está haciendo?- Dijo Alex mientras todos observábamos como el auto se giraba bruscamente para salirse de las vías y entrar hacia prácticamente la nada debido a que se trataba de pura arena.

-Maldito loco..- Susurre con rabia al darme cuenta de lo que había hecho.

-Síguelo. Síguelo- continuaba dirigiendo González a su compañero para que realizáramos la misma maniobra y no perderlo de vista en ningún momento.

Diario de una madre adolescente "2"  ( La venganza de Carlos) ( Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora