Cuando se hicieron las 9 Am me preocupe seriamente por mi pequeño hijo, pues ya habían pasado algunas horas y él ni siquiera se había levantado a pedir su apreciado biberón.
Me levante de la cama y me acerque hasta su cuna para sacarlo, cuando lo tome por su pequeño cuerpecito para sacarlo de allí mi preocupación aumento, Kevin estaba tan caliente que era prácticamente imposible que estuviese en su temperatura normal.
-Cielo?-
Apenas dije las primeras palabras y lo alce para sacarlo de la cuna abrió sus ojitos y comenzó a llorar fuertemente como si le hubiese hecho algún tipo de daño al cargarlo.
-Pequeño que sucede?- camine rápidamente con el en mis brazos hacia la cocina.
Ya sabía que no podía responderme pero nosotras las madres siempre hablamos con nuestros pequeños hijos sin importar que no nos entiendan en lo más mínimo.
Yo era ayudante de enfermera en mi trabajo, se supone que debería saber que ocurría y ayudar a mi hijo a que se sintiera mejor. Pero en cambio los nervios de mama se apoderaron de mi y llegue a olvidar por completo mi pequeña experiencia en la parte de medicina y cuidado.
-Tienes Hambre Kevin?- rápidamente y con mi mano temblando tome el biberón y intente ponerlo en su boca para al menos calmar su llanto y poder pensar un poco más en lo quería aria, Pero él no lo recibió haciéndome saber que el hambre no era lo que le estaba molestando en aquel momento.
Dejando el biberón de un lado le quite su ropa dejándolo solo en pañales y intente poner un termómetro en su boca para saber su temperatura, pero lloraba y se movía tanto que yo solo me ponía más y más nerviosa, mis manos no dejaban de temblar y mis nervios estaba totalmente fuera de control.
-Cielo por favor dejar de llorar!- le decía desesperada mientras lo observaba llorar sin parar.
Pensé unos segundos más y luego decidí dejar de ser una madre tonta que tomaba a su bebe y caminaba por toda la casa mientras el lloraba y ella prácticamente también, decidí actuar y meter unos cuantos pañales y ropa en un bolso, ponerle una camisita y salir corriendo con el hasta el hospital del pueblo.
En ese momento no estaba en pijama, tampoco estaba presentable como para ir a la calle. Pero cuando se trata de nuestro hijo y de lo que le sucede no pensamos siquiera en nosotras, no nos importa absolutamente nada que no sea su bienestar.
Luego de caminar unos 10 minutos o un poco más logre llegar al lugar con Kevin quien cada vez lloraba más y más fuerte y estaba prácticamente hirviendo.
-Patricia!- Entre corriendo hasta mi amiga la secretaria del lugar.
-Anna!- grito ella sorprendida al mirarme. –Que sucede?, te ves... Que sucede?-
-Es Kevin!- grite mientras se me salían las lágrimas. – Tiene mucha fiebre y no deja de llorar no se qué hacer!-
-Espera un momento..- Se levantó de su lugar y fue hasta una de las habitaciones para llamar a la doctora Elena.
Cuando llego y se acercó a mí lo primero que recuerdo fue que dijo
-Cálmate tu primero!. Así como estas asustas más al bebe créeme- Me miro mientras se acercaba para tocar a Kevin. –Tiene demasiada fiebre, Patricia llama a la enfermera Mery que lo bañe y luego me llame para revisarlo, pero rápido!-
La razón?: una infección en el oído.
El Primer susto más grande de mi vida. Pues allí entendí que cada vez que mi hijo se enfermara de esta manera yo lloraría sin parar como una Magdalena.
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Diario de una madre adolescente "2" ( La venganza de Carlos) ( Terminada)
Ficțiune adolescențiNuevamente embarazada, Anna se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida pues ahora ella, Nick y su hermoso hijo Kevin tienen un techo en donde vivir y poder compartir la maravillosa dicha de ser una familia normal. Por otra parte Carlos (...