Camino por el lobby del nuevo hotel esperando que los chicos terminen de registrar la estadía. Este tiene un algo, un toque especial, que no puedo llegar a describir con palabras pero de cierta manera me gusta.
En el centro del salón principal hay una pintura colgada, es grande y totalmente abstracta con muchos colores contrastando de manera chocante contra la pulcra pared blanca que le sigue. En medio de todo el caos llamado arte que está plasmado en el lienzo encuentro algo de armonía, las pinceladas dispersas, los bruscos cambios de colores, los chorros de pinturas y las finas líneas que atraviesan el cuadro se pueden considerar horrendas por separados; pero juntas son maravillosas.
-Amor, ven.
La voz de Jonathan me desconecta de mi aura y veo que su mano está tendida a mi dirección. La tomo y me acerco hacia él disminuyendo el espacio que separa nuestros cuerpos. Me guía hacia el ascensor en donde espera Alex dentro de él con nuestro equipaje y los tres emprendemos viaje hacia la habitación bajo algunas mirada disimuladas.
No puedo evitar bufar ante eso pero ¿qué podría esperar? Se presentan dos hombres pidiendo una habitación principal con una cama king size y la recepción es para tres personas, contando a la chica que se encuentra tras ellos. De todos modos, creo que si yo hubiera sido la recepcionista, mi reacción habría sido parecida.
Es decir, tres personas juntas, no es algo que ves todos los días.
Bajamos del ascensor y ayudo a los chicos con lo que me dejan, mientras ellos siguen con las tareas de machos alfas recorro la habitación. Tiene el mismo concepto de vintage combinado con la modernidad justa que caracteriza el hotel, cosa que me encantó cuando lo ví y por eso convencí a los chicos de quedarnos en este y no en el otro que tenía un acuario que tanto les había gustado a ellos.
Luego de una rápida inspección puedo decir que realmente me encantan. Tiene una tina antigua con patas y llaves doradas que son una hermosura y la habitación es genial, simple, sencilla y con una cama en donde los tres cabemos sin complicaciones.
Algo que hablamos ayer por la noche fue el cambio de hotel, ya que a los chicos no les gustaba y menos con todo lo que pasó después. Y también, lo que llevó a una discusión, fueron las habitaciones. Cuando me dijeron que si quería podía tener una habitación solo para mí quedé helada, inmediatamente lo decliné e insistí en que no podía estar sin ellos dos en la misma habitación.
-Bien, voy a darme un baño -la voz de Al se pierde cuando la puerta del baño se pierda tras él.
Jonan y yo seguimos con la tarea de ordenar las maletas mientras Alex termina de refrescarse.
-Podemos ir a comer, amor -Jonan está de espaldas a mí terminando de colgar algunas camisas en el armario.
La hora del almuerzo se está acercando y la verdad que disfrutaría de tener comida en mi estómago luego de una mañana de estar de aquí para allá.
-Claro ¿luego podemos ir a pasear? -pregunto aunque sé que la respuesta será sí.
-Por supuesto.
Le doy una sonrisa y saco el último vestido de mi maleta, es un simple vestido veraniego corto con volados y con pequeñas margaritas por doquier. Perfecto para el día de hoy.
Adorable, Kath.
Resoplo y dejo la maleta ya vacía en el fondo del armario. Cambio mi atuendo por el hermoso vestido y busco mis zapatillas blancas para completar mi outfit. Gracias, pinterest.
-Wow, hay una gatita sexy suelta por aquí -el comentario de Alex me hace reír interrumpir mi tarea para estallar en una carcajada.
-Oh, ¿en serio? Quiero conocerla -Jonan me mira con burla y me saca la lengua. Oh, claro, luego yo soy la niña.
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ENTRE LA LEY |+18|
Teen FictionLa vida adulta trae responsabilidades y Jonan lo sabe muy bien. Por las diversiones y los excesos en los inicios de su juventud termina siendo tutor de una pequeña Katherine, y sin darse cuenta el castigo termina siendo lo mejor que le ha pasado en...