veinticuatro

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Jonathan

No puede evitar sentir frustración, odio y remordimiento al revivir la escena una y otra vez.

Kath casi nunca se asusta y sus crisis estaban controladas pero evidentemente algo venía rompiéndose en ella y yo no me di cuenta, para peor terminé desencadenando otro trauma.

Miro la puerta de la habitación y me esfuerzo mentalmente en no tirarla abajo e ir tras de ella porque sé que eso le produciría más alteración y solo acabaría llevándose todo a la mierda, sin contar que también podría terminar en un hospital por una crisis nerviosa.

Me mentalizo totalmente a poner a Kath y a su salud antes que mis sentimientos y me alejo de la puerta antes de que mis impulsos terminen de empeorarlo todo.

-Es la 105

Alex aparece en mi campo de visión y el amigo que conozco de hace tanto tiempo no es el que mis ojos están captando. Sé que él debe tener la misma mirada sobre mí y el remordimiento vuelve a invadir mi cuerpo. Kath.

Dejarla sola no me gusta.

Estar lejos de ella me enloquece.

Pero es lo que ella necesita. Lo que necesitamos ahora.

En silencio camino por el pasillo y Alex abre la puerta. Ni siquiera me percato de si la habitación vale lo que me están cobrando y me tiro sobre el horrible colchón. Es una mierda.

-¿Crees que nos perdonará? -la pregunta de Alex me hace flaquear por un segundo.

Siendo sincero, sé que nos podremos arreglar. Mi chica puede soportar más que esto, más allá de que a veces parece un pequeño corderito sé que tiene la fuerza de una manada de leones por dentro. Sin embargo, no debo ponerle un peso que ella no debe cargar y menos uno como este.

-Sí, pero Kath -Kath es todo un mundo diferente. Kath es mi mundo y la amo con todo lo que implique- Kath es diferente, ya lo sabes. El tiempo y una mente limpia son sus amigos.

No puedo ni siquiera culparla por toda la presión, ansiedad, miedo y traumas que se carga desde que es pequeña. Jamás. Nunca. Yo sabía todo aquello desde el principio y no puedo flaquear ahora, sabiendo que soy un pilar importante en su vida y más que nada en su avance físico, psicológico y social.

Aunque algo dentro de mí, una sensación parecida a los celos, me atraviesa sabiendo que Alex también lo está siendo en este tiempo desde que apareció.

-Realmente trato de no presionarla. Trato de controlarme cada vez que estoy cerca de ella pero no puedo -La voz de Alex me hace observarlo, hace tiempo que no escucho desesperación en su habla- Es que... ella es tan linda sin siquiera intentarlo, tan cálida y me enloquece. Me pone de los nervios no poder expresarle todo lo que quiero. Cuando alguien la mira solo me dan ganas de follarla ahí haciéndole saber que es nuestra chica y de nadie más.

Los ojos brillantes. La mirada baja. Sonrisa de comercial. Su nariz arrugada cuando se ríe. Los hoyuelos en sus mejillas. Sus manos delicadas. El sonido de su risa. Sus besos. Sus labios. Todo de Katherine me parece fabuloso.

-Ella es maravillosa y joder, la cagué en grande -Nuevamente la ira corre por mis venas- ¿Cómo puede tirarme al lance así como así?

Kath estaba totalmente vulnerable en su posición y yo solo estaba cegado en enterrarme en ella como para notarlo. Soy un idiota.

-Ella te conoce lo suficiente para saber que no fue a propósito, nunca harías nada para lastimarla -Daría hasta mi vida por esa pequeña- Yo tampoco me percaté de nada, si hubiera visto un segundo antes sus ojos...

ENTRE LA LEY  |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora