cinco

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Es lunes. Otra nueva semana.

Y un recuerdo de que mis exámenes están cada vez más cerca y no puedo postergar el estudio así que el tiempo que tengo sola, toda la mañana y la siesta, me lo ocupo en estudiar. Al menos ya tenía apuntes hechos así que solo toca el repaso de las unidades.

Mi celular suena y me indica que ya son las cuatro de la tarde y mi estudio está finalizado. Suspiro y comienzo a cerrar mis libros y juntar todos mis materiales de la mesa para llevarlos a mi antigua habitación. Enciendo la luz y observo mi vieja cama y el pequeño escritorio, dejo todo lo que había ocupado ahí y abro el pequeño balcón que da hacia la calle, me siento un rato para tomar aire y recuerdo por qué me gustaba tanto esta habitación, hasta llegué a pelearme con Jonan por ella. Rio al pensar que fue todo en vano porque duermo con él hace más de 2 años.

Con el gran día que hace y el hermoso sol sobre mi piel me recuesto sobre el suelo y me pongo al día con las redes sociales en el tiempo que me he ausentado.

-No, definitivamente no.

La voz de Alex hace que me levante del suelo y observo mi teléfono, he pasado una hora y media acostada viendo storys y no me había dado cuenta.

Remuevo la suciedad de mi ropa rápidamente y salgo de la habitación.

Cuando llego a la sala Jonan y Alex estaban acomodándose.

-Hola, ¿qué no saludan al entrar? -bromeo llegando hasta ellos. Ambos estaban sentados uno frente al otro en los pequeños sillones de decoración que aquí nunca se usan. Saludo a Jonan como siempre.

-Hola, peque -me saluda luego de besar mi mejilla mientras acaricia mi cabello. Me separo de él y me acerco a Alex mirándolo bien por primera vez. Dejo un pequeño beso en su mejilla mientras responde un simple "Hola" con la voz algo baja y acaricia mi mano antes de centrar su vista en la de Jonan. -Kath -Mi compañero llama mi atención- Debemos arreglar algunos temas.

Por el tono que usa supongo que debe ser del divorcio otra vez, parece que el arreglo no ha sido nada bueno.

-Ah, sí, claro -muerdo mis labios- ¿quieren que les traiga algo? -pregunto rogando que digan que sí.

-Agua -constesta Alex

-Si me haces un café helado te amaría -responde Jonan.

Perfecto, me sirve para escuchar todo.

-¿Aún más? -bromeo dirigiéndome a la cocina.

Al entrar arrimo la pequeña puerta para darles más privacidad aunque seguiré escuchando todo desde aquí. Tomo el café y comienzo a prepararlo rápidamente en la cafetera italiana que Jonan sacó de no sé donde.

-Entonces ... -escuchó a Jonan- ¿Qué es lo que quieres? -El ya estaba hablando con su tono de abogado profesional.

Saco de la alacena un vaso y un jarro mientras mi oreja sigue atenta a su conversación.

-Ella se va a quedar con el auto pequeño o con el que quiera, eso de me da igual, pero la casa es mía. Todas las malditas casas son mías, ni siquiera las compré casado con ella.

-El acuerdo prenupcial no decía lo mismo Alex, ni siquiera me lo dijiste.

-¿Qué acuerdo? -pregunta Alex- Lo único que firmé fue el acta de matrimonio.

-Su abogado y ella vinieron hoy con un maldito acuerdo en el que estaba tu firma donde dejabas tu casa, la casa de playa y ambos autos a su nombre en caso de separación. Además de una mantención.

ENTRE LA LEY  |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora