cuarenta y cuatro

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En medio de la madrugada mi sueño se ve interrumpido y me despierto, Alex está a mi izquierda pero el lugar de Jonan está vacío a mi derecha.

Toco la sábana notando que esta se encuentra a una temperatura diferente que el resto de la cama.

Tomo la sábana y me ocupo de arropar bien a Alex antes de bajar de la cama. Me quejo en voz baja cuando el frío se cuela por la planta de mis pies ya que estoy descalza y me dedico a salir de la habitación.

Cuando estoy en la sala veo la figura de Jonan fumando frente al ventanal abierto.

Suspiro y me acerco a él hasta quedar recargada sobre una de las hojas del ventanal.

-¿No puedes dormir, amor?

Mi chico voltea a observarme y me da una pequeña sonrisa que logro distinguir por la luz de la luna que lo ilumina.

-Ya pasará -contesta dándole una calada al cigarrillo- Ve a dormir, yo iré en un rato.

Eso solo significa que estará dando vueltas por aquí hasta que llegue la hora de ir a trabajar.

-Puedo hacerte un té relajante -sugiero- O contarte un cuento.

-Estoy viejo como para un cuento -rie

-Estas viejo -bromeo, me separo del cristal y me pongo a su lado- No estoy enojada, si eso es lo que te molesta -digo mirando el cielo.

-No es eso -niega- Tengo muchas cosas que hacer esta semana -se excusa

-Bien, tal vez hablar de lo que realmente te pasa ayudará a despejar tu mente y podrás hacer todas tus cosas.

Él termina su cigarrillo en silencio y luego entrelaza una de sus manos con las mías antes de dejar un beso en mi frente.

-Tienes que descansar -dice suavemente

-Quiero hacerlo contigo -reprocho.

Sí en un día cotidiano, en realidad en cualquier situación cotidiana soy Jonan-dependiente, en estas donde está más raro mucho más.

-Puedes hablar conmigo, Jo -digo colgándome de su cuello y conectando nuestras miradas- Yo también quiero estar para tí

-Lo que quiero decirte puede asustarte -advierte sorprendiéndome- No es nada grave pero es... serio -dice finalmente.

-¿Ha pasado algo malo?

-Para nada -responde firme- Es sobre nosotros -dice y cierro los ojos- No, mírame -pide acariciando mis sienes con sus pulgares- Es algo egoísta porque se supone que debemos planearlo juntos

-¿Quieres irte de aquí? -interrumpo no sabiendo a dónde quiere llegar

-Quiero ser papá, Kath, contigo.

Oh. Dios

Un escalofrío recorre mi médula espinal y un sin fin de emociones corren por mi cuerpo acelerando mis latidos.

Padre, joder, Jonan quiere hijos.

Siempre supe que quería formar una familia y más aún cuando tiene una familia tan hermosa pero esto es demasiado pronto para mí.

-No tenía pensado comenzar a concebirlo ahora -me dice- pero es algo que a futuro me gustaría

-Aún no estoy preparada -es lo único que puedo decir.

Todavía me faltan muchas sesiones de psicología para llegar a ello.

La idea de formar una familia siempre fue un pensamiento agridulce para mí, mucho tiempo incluso llegué a la idea de no tener hijos pero con el tiempo he puesto en duda aquello. Lo cierto es que si tengo hijos me prometí que serían buscados, que tuvieran amor y contención y ser una buena madre; pero aún estoy lejos de esa Kath que quiero ser.

ENTRE LA LEY  |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora