cincuenta

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-¡Oh, por fin! -grita Ada

Jonan está negando con la cabeza mientras Alex y yo nos reímos de la situación.

-Que alegría, mis amores -rápidamente nos une a los tres en su hermoso abrazo- Yo... no puedo creerlo ¡Es maravilloso!

Sin duda sí lo es.

En las últimas horas he estado jugando con el anillo comprobando si verdaderamente se encuentra allí y sí, efectivamente se encuentra en mi anular izquierdo con mi nombre.

Aún no hemos planificado a futuro que rayos haremos para unirnos pero ahora eso no me importa mucho.

-Déjame verlo, cariño -pide Ada y soy incapaz de negarme. Ella halaga el anillo y vuelve a expresar su felicidad hacia nosotros.

Incluso Ed nos felicita y me abraza, cosa que es nueva ya que tengo más confianza con su mujer.

-Bien, vayan a ayudar a Ed con la barbacoa -les indica a los chicos- Yo le mostraré algo a Kath -dice emocionada y me arrastra por el pasillo y luego por la escalera hasta llegar a su habitación- Siéntate

Sin titubear lo hago y la observo revisar cosas en su armario, unos segundos más tarde ella deja una caja de zapatos a mi lado y una pequeña bolsa sobre ellos.

-Estos son los zapatos de mi boda -dice mostrándomelos. No sé hace cuánto se ha casado y tampoco voy a preguntarlo pero son lindos, inclusive modernos- Y esta fue mi pequeña corona

-Son muy bonitos -halago observando la coronita con flores- Debiste estar hermosa

-Fui una novia muy linda -admite sin modestia haciendome sonreir- Y también quiero que tú lo seas -esas palabras me descolocan y dejo de observar los objetos- Todas mis hijas tuvieron algo mío en su boda y me gustaría que tu también lo hagas

-Yo... Dios, ¿en serio quieres? Aún no sé que haremos pero...

-No importa, no me importa si caminas hacia el altar en una iglesia, un jardín o en una playa pero quiero que tengas algo de esto contigo -afirma con una de sus sonrisas verdaderas y quiero llorar. No sé qué hice para merecer a esta mujer

Su gesto logra penetrar mi corazón y suelto pequeños sollozos. No tengo que llorar.

-Gracias, Ada -mi voz sale temblorosa y ella niega- Realmente gracias

-Lo hago desde el fondo de mi corazón, Kath. La que tiene que agradecer soy yo, por hacer feliz a mi hijo

Asiento conteniendo la respiración para impedir que mis lágrimas broten. Ada solo me observa maravillada y se acerca a abrazarme.

-Anda, pruébatelo -me anima mientras me alcanza sus zapatos.

Quito mis zapatillas y me pruebo el par, agradezco que usemos el mismo número. Me levanto y camino hasta el espejo contemplando lo lindo que quedan.

-Me gustan -admito- Son perfectos

-Claro que sí, cariño. Con un largo vestido blanco serás una novia hermosa

Le doy otra sonrisa antes de quitarme los zapatos y volver a mis tenis diarios.

Ada promete guardarlos y darmelos el día que decidimos, también ya se está ofreciendo a ayudarme con la búsqueda de los vestidos. Creo que está más emocionada que yo.

Mi familia biológica jamás podría darme esto pero mi nueva familia sí.

Finalmente abandono la habitación y voy hacia la planta baja encontrando a los chicos comiendo

ENTRE LA LEY  |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora