Capítulo 12: ¡Possy, al fin me reconoce y Que comiencen los juegos del hambre!

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Después de la cena hubo más ajetreo que de costumbre. Por fin había llegado el momento de captura la bandera.

Los campistas gritaron y vitorearon cuando Annabeth y dos de sus hermanos entraron en el pabellón portando un estandarte de seda. Medía unos tres metrosde largo, era de un gris reluciente y tenía pintada una lechuza encima de un olivo.

Por el lado contrario del pabellón, Clarisse y sus hermanos entraron con otro estandarte, de tamaño idéntico pero rojo fuego, pintado con una lanza ensangrentada y una cabeza de jabalí.

Típico de Ares.

Me giré lamentablemente hacia Luke y le grité encima del bullicio:

— ¿Ares y Atenea dirigen siempre los equipos?

— No siempre — repuso — pero sí a menudo.

— ¿De qué lado estamos?— me hice la que no sabe.

Me lanzó una mirada ladina, como si supiera algo que yo ignoraba, pero en sus ojos se veia algo de preocupación

No sabia si sentirme alagada porque se preocupada por mi o enojada porque el maldito trajo a al perro del infierno.

— Nos hemos aliado temporalmente con Atenea. Esta noche vamos por la bandera de Ares. Y tú vas a ayudarnos.

Atenea se había aliado con Apolo y Hermes, las dos cabañas más grandes; al parecer, a cambio de algunos privilegios: horarios en la ducha y en las tareas, las mejores horas para actividades.

A cambio, los de Ares se habían aliado con los de : Dioniso, Deméter, Afrodita y Hefesto. Por lo visto, los chicos de Dioniso eran bastante buenos atletas. Los de Deméter poseían grandes habilidades con la naturaleza y las actividades al aire libre, pero no eran muy agresivos. Los hijos e hijas de Afrodita no me preocupaban demasiado; prácticamente evitaban cualquier actividad, miraban sus reflejos en el lago, se peinaban y cotilleaban. Por su parte, los únicos cuatro niños de Hefesto no eran guapos, pero sí grandes, corpulentos y habilidosos debido a su trabajo en la herrería todo el día. Podrían ser un problema. Eso dejaba, porsupuesto, a la cabaña de Ares: una docena de los chamacos más grandes, feos y marrulleros de Long Island, y de cualquier otro lugar del planeta.

Quirón coceó el mármol del suelo.

— ¡Héroes! — anunció — Conocéis las reglas. El arroyo es la frontera. Vale todo el bosque. Se permiten todo tipo de artilugios mágicos. El estandarte debe estar claramente expuesto y no tener más de dos guardias. Los prisioneros pueden ser desarmados, pero no heridos ni amordazados. No se permite matar nimutilar. Yo haré de árbitro y médico de urgencia. ¡Armaos!

Abrió los brazos y de repente las mesas se cubrieron de equipamiento:cascos, espadas de bronce, lanzas, escudos de piel de buey con protecciones demetal.

𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧 𝗕𝗨𝗧 𝗣𝗦𝗬𝗖𝗛𝗢 ↻ 𝗽𝗷𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora