Capítulo 17: ¡LA HECHICERA SALIDA DE HARRY POTTER!

764 107 2
                                    




▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Desperté en un bote de remos con una vela improvisada con la tela gris de un uniforme confederado.Annabeth, sentada a mi lado, iba orientando la vela para avanzar en zigzag.

Al intentar incorporarme sentí una punzada en la cabeza.

─ ¿Clarisse? ¿Tyson?

Annabeth negó con la cabeza.

─ Adhara, Lo siento mucho... ─ la interrumpí.

─ ¿Y Clarisse?

─ Cuando abrí la botella de aire y vi que caiste traté de ir hacia ti, pero ella no me lo permitió, luego una ola grande nos empujo y... ─ se interrumpió ─ a-a la suerte me pude quedar en el bote y logre encontrarte...

Yo asentí apartando la mirada.

Aunque suene como un nena, tengo ganas de ir a casa y refugiarme en los brazos de mamá. Aunque no lo diga o lo niegue.... Tengo miedo, tengo miedo que este arruinando las cosas y todos terminemos como pure de patatas con un poco de Ketchup.

Nos quedamos en silencio mientras las olas los agitaban.

─ Quizá haya sobrevivido ─ dijo, aunque no muy convencida ─Ya lo sabes, el fuego no puede matarlo.

Asentí, tocandome la cabeza, adolorida.

─ Tenias una herida llena de sangre, traté de parar la hemoragia con una tela que encontré en tu mochila... En unas horas te lo tengo que cambiar.

Volví a asentir, sin decir nada.

Las olas rompían contra el bote. Annabeth me enseñó algunas cosas que había logrado salvar del naufragio: el termo de Hermes (ahora vacío), una bolsa hermética llena de ambrosía, un par de camisas de marinero y una botella de SevenUp. La mayor parte de mis cosas se habían perdido en el agua, pero todavía tenía el bote de vitaminas de Hermes, una pistola cargada y a Contracorriente.

Navegamos durante horas. Ahora que estábamos en el Mar de los Monstruos, el agua relucía con un verde todavía más brillante, como el ácido de la hidra. El aire era fresco y salado, pero tenía además unraro aroma metálico, como si se aproximara una tormenta eléctrica, o algo aún más peligroso. Yo sabía en qué dirección debíamos seguir. Y sabía que nos hallábamos exactamente a ciento trece millas náuticas de nuestro destino, en dirección oeste noroeste.

No importa en qué dirección girara, el sol parecía brillar directamente a mis ojos, por lo cual terminé maldiciendo a Apollo, por su maldito juego. Compartimos unos sorbos de SevenUp y utilizamos la vela por turnos para guarecernos un poco con su sombra. También hablamos de mi último sueño con Grover.

𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧 𝗕𝗨𝗧 𝗣𝗦𝗬𝗖𝗛𝗢 ↻ 𝗽𝗷𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora