𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 "𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘"
❝ 𝑵𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒔 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 ❞
En donde Martha, una chica mexicana, fan de percy Jackson; muere y reencarna en su saga preferida como 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗘𝗣𝗛𝗢𝗡𝗘 𝗝𝗔𝗖𝗞𝗦𝗢𝗡
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Annabeth, Grover y yo estábamos tan apretados, que pareciamos una hamburguesa.
Al menos yo lo sentia asi, me había sentado al medio de los dos, por lo cual estoy re apretada.
Estaba tan aburrida que no se me ocurrió mejor idea que molestar a Annabeth.
— De momento bien — le dije a Annabeth, despreocupadamente — Quince kilómetros y ni un solo monstruo.
Me lanzó una mirada llena de irritación.
— Da mala suerte hablar de esa manera, chica pez — me dijo
— No pues si —alce las manos en forma dramática — Mejor dime Ariel y mi fiel compañero Sebastián, que en estos momentos seria Grover? — lo volteer a ver, con una ceja alzada.
Grover lo pensó y dijo asintiendo:
— Cierto, cierto...
Annabeth solo rodó los ojos.
— Ok, seamos sinceros, ¿Por qué siento me odias...al menos un poco?
— No te odio.— dijo un poco avergonzada.
— Cariño, siento tu vibra, al menos parte de ella. son varios colores, en un momento es gris, en otro momento es rosa chillón y para rematar, en otros momentos es rosa chillón con rojo y un poco de azul.
Y si es cierto.
Por ejemplo a Grover le rodea un aura verde claro, a Luke le rodea un aura marrón con algunas manchitas dorada.
Me imagino que es por Cronos.
Su cara se puso roja y me voltió la cara, logrando que me cayeran partes de su pelo en mi rostro.
Grover parecia que se iba a asfixiar por la risa contenida.
Lo que seguia del camino iba creado estrategias en mi cabeza de como iba a empezar mi empresa. Porque si; quiero crear una empresa.
Estaba tan adentro de mis pensamientos que no me di cuenta que habiamos llegado y que Grover me estaba llamando.
Cuando bajé del carro, me di cuenta que no estabamos muy lejos del departamento de mamá. Pegado en el buzón, habia un cartel con mi foto: « ¿HA VISTO A ESTA CHICA?».
Vi que Annabeth y Grover ya lo habian visto, pero no dijieron nada. Igual lo arranque.
Argos descargó nuestro equipaje, se aseguró de que teníamos nuestros billetesde autobús y luego se marchó, abriendo el ojo del dorso de la mano para echarnos un último vistazo mientras salía del aparcamiento.
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Grover se acomodo su mochila. Miró hacia donde yo inconcientemente estaba mirando.
— ¿Quieres saber por qué se casó con él, Sephie?
— ¿Me estabas leyendo la mente o qué? — repuse, mirándolo fijamente.
— Sólo tus emociones. — se encogió de hombros — Supongo que se me ha olvidado decirte que los sátiros tenemos esa facultad. Estabas pensando en tu madre y tu padrastro, ¿verdad?
Asentí sin muchos animos.
— Tu madre se casó con Gabe por ti. Lo llamas «apestoso» , pero te quedas corta. Ese tipo tiene un aura... ¡Puaj! Lo huelo desde aquí. Huelo restos de él en ti, y ni siquiera has estado cerca desde hace una semana.
— Genial. Donde esta la ducha más cercana — respondí sin una pizca de gracia.
Esque enserio. En solo pensar en que tengo el olor de Gabe o algo que tenga que ver con el, me dan ganas de vomitar e irme a toma una gran ducha.
— Tendrías que estar agradecida, Sephie. Tu padrastro huele tan asquerosamente a humano que es capaz de enmascarar la presencia de cualquier semidiós. Lo supe en cuanto olfateé el interior de su Cámaro: Gabe lleva ocultando tu esencia durante años. Si no hubieses vivido con él todos los veranos, probablemente los monstruos te habrían encontrado hace mucho tiempo. Tu madre se quedó con él para protegerte. Era una señora muy lista. Debía de quererte mucho para aguantar a ese tipo... por si te sirve de consuelo.
No Grover. No me sirve de consuelo.
Solo me sirven para aumentar mis ganas de llorar, porque pude hacer algo para que no se la llevaran pero no hice nada. Aunque necesariamente tenia que pasar eso, igualmente duele.
En estos momentos lo único que me importaba era mamá. Hades se la había llevado injustamente, y Hades iba a devolvérmela.
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La lluvia no cesaba.
La espera nos impacientaba y decidimos jugar a darle toquecitos a una manzana de Grover. Annabeth era increíble. Hacía botar la manzana en su rodilla, codo, hombro, lo que fuera. Yo tampoco era muy mala.
El juego terminó cuando le lancé la manzana a Grover demasiado cerca de su boca. En un mega mordisco de cabra engulló nuestra pelota. Grover se ruborizó e intentó disculparse, pero Annabeth y yo estábamos muriéndonos de la risa.
El autobus llegó. Mientras estabamos subiendo, Grover empezo a olisquear alrededor.
— ¿Que hueles? — le pregunté.
Sabia lo que estabam oliendo, eran las benevolas. Por eso tenia agarrado fuertemente el lapicero-espada en el bolsillo de mi chaqueta.
— Nose, talvez no es nada — me contestó con nerviosismo.
Sentí la prescencia de Alecto, empenzé a mirar sobre mi hombro para verificar que no este muy cerca de nosotros. No queria ponernos en más riego de los que ya estamos.
Me senti un poco aliviada cuando abordamos el autobos, nos sentamos los tres juntos en la parte trasera de este mismo.
Le dije a Annabeth y a Grover que no guardaran sus mochilas, que es mejor tenerlas ne nuestro regazo, pero como siempre me ignoraron.
Cuando los ultimos pasajeros subieron. Annabeth apretó mi rodilla.
— Sephie — hablo con nerviosismo.
Una anciana acababa de abordar el autobús. Ella llevaba un vestido de terciopelo arrugado, guantes de encaje, y un sombrero naranja sin forma que ensombrecía su rostro, y llevaba un bolso grande de Paisley. Cuando alzó su cabeza, sus ojos negros brillaban. Era la señora Dods pero más vieja, más ajada y con el mismo rostro maligno.
— Verga — susurré.
Detrás de ella llegaron dos viejas más: una en un sombrero verde, una en un sombrero púrpura. De lo contrario, eran exactamente iguales a la Sra. Dods-mismas manos nudosas, bolsos de mano Paisley, arrugados vestidos de terciopelo.
Triple abuelas demonio.
Se sentaron en la primera fila, justo detrás del conductor. Las dos en el pasillo cruzaron las piernas sobre la calzada, haciendo una X. era suficiente casual, pero envió un mensaje claro: nadie sale.