𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 "𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘"
❝ 𝑵𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒔 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 ❞
En donde Martha, una chica mexicana, fan de percy Jackson; muere y reencarna en su saga preferida como 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗘𝗣𝗛𝗢𝗡𝗘 𝗝𝗔𝗖𝗞𝗦𝗢𝗡
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Estaba mirando las olas cuando Annabeth y Tyson me encontraron.
Annebeth fue la primera en notar las tres bolsas de lona, luego el termo y la botella de vitaminas que sostenía.
— ¿Qué... ?
Rápidamente explique la conversación que tuve con Hermes.
— Quiero ir — dijo Tyson. Annabeth lo vio horrorizada.
— ¡No! — su voz sonaba cerca del pánico — Quiero decir... Vamos, Sephie, tú sabes que no puede ser.
<<¡Por un demonio, Annabeth!>>pensé cansada.
— ¡Tántalo nos castigara! — exclamó Annabeth.
— ¡Y una mierda Annabeth! — alce los brazos cansada por su comportamiento — ¡El.. el maldito de Luke tiene a mi abuelo en ese puto barco de Andrómeda y yo quiero saber exactamente lo que va a ser y como pararlo! — le apunte con mi dedo indice — ¡No soy una puta cobarde, y se que tu tampoco Annabeth... asi que agarrate esos malditos ovarios que tienes y rompe por primera vez las malditas reglas, una y otra vez asi sea necesario! — respiré ondo y carraspee.
Ella me vio impresionada y movia la nariz como si tuviera ganas de llorar.
Tyson... Tyson solo estaba viendo sorprendido mis gritos y mis groserias.
—"Señorita... creo que se pasó de palabras".—me dijo Martha por el oido.
Gracias Martha por recordarmelo.
— Joder Annebeth...no llores — me pase las manos por el pelo.
Ella suspiró temblorosamente y me miró mortalmente seria.
— Está bien... ¿Pero que vamos a hacer con Tyson?
Escuché el chillido de las arpías. Estabamos a punto de quedarnos sin tiempo si no salemos pronto de allí.
— Tendremos que traerlo con nosotros — dije simplemente.
La rubia parecía que quería discutir, pero decidió no hacerlo.
— Está bien. ¿Cómo llegamos a ese barco?
Aría un portal directo al barco pero no puedo porque cuado pase lo de la exploción en el barco de Clarisse el ponis pez.(como diria Tyson) lo salvará.
Señale al mar. Las olas chocaban contra la orilla como de costumbre. Las arpías sonaban como si estuvieran justo detrás de las dunas de arena. A unos cien metros mar adentro, aparecieron tres líneas blancas en la superficie. Se movieron rápidamente hacia la orilla, como garras atravesando el océano.