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Narradora.

"El mini-paro cardiaco de Poseidón"

Mientras nuestros protagonistas estaban encamino hacia el parque acuático de Waterland, nuestros queridos dioses estaban en una pelea o más bien dicho Zeus y Poseidón estaban en una pelea.

—¡Acéptalo tu hija robo mi rayo maestro con tu ayuda! — grito enojado Zeus.

—¡Cuantas veces te voy a decir que yo no lo he echo! —grito exasperado Poseidón.

El bullicio paró, cuando Ares entró por las grandes puerdas del Olimpo con una gran sonrisa.

—¡Hola Familia!, Lindo día ¿no?

Todos lo miraron extrañados, los doce dioses se lo quedaron viendo con intriga y desconfianza, por lo menos los hermanos han dejado de pelear.

—Y a ti que te pasa.—preguntó Hermes a Ares.

El dios lo vio confundido pero sin borrar su sonrisa.

—Si que te pasa, andas muy sonriente—dijo Apolo esta vez.

—¿Y que?, No puedo sonreir o tu me lo vas a prohibir solecito.—dijo Ares en tono brusco y búrlesco, borrando su sonrisa.

—¡No! No es eso, solo que se nos hace raro verte tan sonriente, supongo que algo bueno te pasó— dijo Afrodita tratando de evitar una pelea, ya tenía suficiente con Zeus y Poseidón.

Antes de que Ares digiera algo más una tele surgió en medio de la sala de tronos, los dioses con el ceño fruncido vieron como en la tele apareció una cuenta regresiva.

«Retransmisión en directo para el Olimpo dentro de un minuto ... Cincuenta y nueve segundos, cincuenta y ocho ...»

—¿Y esto que es?—preguntó Hera observando con desconfianza la cuenta regresiva.

Los dioses negaron ante la pregunta de la esposa de Zeus.

—Hermes ¿Sabes lo que está pasando? — preguntó Atenea.

—No, porque debería de saberlo.

—Porque es uno de tus shows ¿verdad?—dijo Demeter, la cual se encontró callada todo el rato.

El dios negó ante la pregunta de la loca de los cereales.

«Treinta, veintinueve, veintiocho ...», siguió la cuenta y entre más seguía más curiosidad les causaba a los dioses.

«Dos, uno, ¡cero!» «Hefesto show comienza». Los dioses dirigieron su vista hacia Hefesto, este se mantenía confundido.

«LA MORTAL ATRACCIÓN DEL AMOR» se leyó mientras iniciaba la transmisión mostrando un parque acuático abandonado

La siguiente escena fue de una gran ola llegando a una piscina donde había un bote con dos niños.

—¡Estan vivos! —festejo Hestia

—Abra más capítulos —festejo Hermes

El bote viró, se levantó con el nivel del agua y dio vueltas en círculo encima del remolino.

Atenea miro el agua e intento reprimir un escalofrió. El agua estaba llena de arañas que chisporroteaban en cortocircuito, algunas con tanta fuerza que incluso explotaban

—Ay no —murmuro el Hefesto alias "El cuernudo" reconociendo el lugar—. Eso no era para semidioses

Dieron una última vuelta cuando el nivel del agua era casi tan alto como para cortarlos en juliana contra la red. Entonces la proa viró en dirección al túnel y se lanzaron a toda velocidad hacia la oscuridad.