𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 "𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘"
❝ 𝑵𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒔 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 ❞
En donde Martha, una chica mexicana, fan de percy Jackson; muere y reencarna en su saga preferida como 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗘𝗣𝗛𝗢𝗡𝗘 𝗝𝗔𝗖𝗞𝗦𝗢𝗡
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— Bien Miley Cyrus, ¿nos quieres acompañar a mi y a mamá a ver la nueva mansión que mande hacer? — preguntó Persephone, recogiendo los platos y dejándolos en la cocina.
— ¿Mansión? — cuestionó el aludido ligeramente sorprendido.
— Si mansión, duh — rodó los ojos — Para ser un vampiro estas bieeen sordo.
— Bien, llévame a ver tu tan aclamada mansión — dibujo un arcoíris en el aire y sonrío burlón.
— Como tu digas fortachón — dijo sarcástica.
***
— ¡Adhara! ¡Amigo nuevo de Adhara! — gritó Sally desde la sala — ¡Bajen ya, que llegamos tarde con la recorre dora de viviendas!
— ¡Ya vamos mamá!
Antes de que Sally pudiera responder se escuchó el sonido del timbre seguido de un nudillos chocando contra la puerta desesperadamente.
Al abrir la puerta Sally se encontró con un desesperado James que ni bien la vió la agarro de los hombros y habló:
— Sally...
— James, ¡Dios! — exclamó un poco asustada —¿Hijo que te ha pasado?, ven vámonos a sentar.
— No, no, no — negó con la cabeza repetidamente — Necesitó saber dónde está Adhara.
— Esta en su cuarto, pero tenemos visitas...
— Necesito hablar urgentemente con ella — abrió un poco más los ojos al decir "urgentemente"
En eso inesperadamente Persephone entraba a la sala riendo ligeramente de algo que el Salvatore mayor había dicho, mientras que Damon venía con una sonrisa de lado y los ojos brillando extrañamente. James al verlo se paró de un salto del sofá y apuntó con un dedo al pelinegro.
— ¡TÚ!
Damon miró a los dos lados y se señaló a sí mismo.
— ¿Yo? — cuestionó con ligero sarcasmo.
— ¡TÚ!
Damon rodó los ojos y se cruzó de brazos.
— Si, yo.
— ¡T...—la voz exasperada de Persephone le interrumpió.
— Si, yo también — se paró en medio de ambos — Qué pasa James, acordamos en que nos íbamos a encontrar allá.
— Segura, porque no hablamos hace más de dos semanas — habló con ironía pasándose las palmas de las manos por la cara.
La joven castaña próximamente pelirroja suspiró, tratando de buscar paciencia.
