Capitulo 31: AL OLIMPO

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La Niebla hizo su trabajo, ya que los noticieros empezaron a poner una nueva versión de todo lo que pasó; Ares alias Secuestrador de niños, nos había raptado a mis amigos y a mi después de hacer que nuestro coche se estrellara en la carretera de Long Island.

El secuestrador (alias Ares) era el mismo hombre que nos había raptado a mí y a otros dos adolescentes en Nueva York y nos había arrastrado por todo el país en una aterradora odisea de diez días.

Resumiendo, la pobrecita Persephone Jackson no era una criminal peligrosa buscado por todo el país, si no una simple niña asustada.

Había causado un buen revuelo en el autobús Greyhound de Nueva Jersey alintentar escapar de su captor (a posterior hubo testigos que aseguraron haber visto al hombre vestido de cuero en el autobús, gracias Hécate, always in my mind)

El psicópata había provocado la explosión en el arco de San Luis; ningún chaval habría podido hacer algo así. Una camarera de Denver había visto al hombre amenazar a sus secuestrados delante de su restaurante, había pedido a un amigo que tomara una foto y lo había notificado a la policía. Al final, la valiente Persephone Jackson (empezaba a gustarme aquella chaval) se había hecho con un arma de su captor en Los Ángeles y se había enfrentado a ella en la playa. La policía había llegado a tiempo. Pero en la espectacular explosión cinco coches de policía habían resultado destruidos y el secuestrador había huido. No había habido bajas. Persephone Jackson y sus dos amigos estaban a salvo bajo custodia policial.

Fueron los periodistas quienes nos proporcionaron la historia. Nosotros no slimitamos a asentir, llorosos y cansados (lo cual no fue difícil), y representamos los papeles de víctimas ante las cámaras.

La policía y los periodistas, conmovidos, recolectaron dinero para cuatro billetes en el siguiente vuelo a Nueva York. No tenía otra elección que volar, así que confié en que Zeus aflojara un poco, dadas las circunstancias. Pero aun así me costó subir al avión.

Hubiese hecho un portal pero todavía no manejo bien esa parte de mi magia, prefiero practicar antes de llevarnos al matadero.

Las turbulencias fueron horribles, en cuanto llegamos al aeropuerto corrí al bote de basura más cercano y vomite toda las hamburguesas de queso que me trague, cuanto me alegro de no haber llevado nada más que mi mochila.

Nos separamos en la parada de taxis. Les dije que volvieran al Campamento Mestizo e informaran a Quirón de lo que había pasado. Protestaron, y fue muy duro verlos marchar después de todo lo que habíamos pasado juntos, pero debía afrontar solo aquella última parte de la misión. Si las cosas iban mal, si los dioses no me creían... quería que Annabeth y Grover sobrevivieran para contarle la verdad a Quirón.

Subí a un taxi y me encaminé a Manhattan. Treinta minutos más tarde entraba en el vestíbulo del edificio Empire State. Debía de parecer una niña de la calle, vestida con prendas ajadas y con el rostro arañado. Hacía por lo menos veinticuatro horas que no dormía. Y no creo dormir por unos buenos días.

Me acerqué al guardia del mostrador y le dije:

— Quiero ir al piso seiscientos.

El guardia que estaba leyendo Harry Potter, tardó en alzar la mirada.

— Ese piso no existe, chaval.

— Lo que está leyendo es Harry potter - pregunté distrayendome.

— Ah... bueno si. - contestó un poco confuso el guardia.

— Mi libro favorito es el prisionero de Azkaban.. — dije contenta, <<al menos alguien tiene mis mismo gustos>> pensé.

𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧 𝗕𝗨𝗧 𝗣𝗦𝗬𝗖𝗛𝗢 ↻ 𝗽𝗷𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora