𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 "𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘"
❝ 𝑵𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒔 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 ❞
En donde Martha, una chica mexicana, fan de percy Jackson; muere y reencarna en su saga preferida como 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗘𝗣𝗛𝗢𝗡𝗘 𝗝𝗔𝗖𝗞𝗦𝗢𝗡
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
{🤞✨}
Tuvimos que caminar casi una hora para hallar un camino que llevase a la carretera. Salimos al este del río y luego retrocedimos hacia el dique. Hacía frío y soplaba mucho viento allá arriba. A un lado, se extendía un inmenso lago encajonado entre montañas desérticas. Al otro lado, el dique descendía doscientos metros hasta el río en lo que parecía la rampa de monopatín máspeligrosa del mundo.
Thalia caminaba por el centro de la carretera, para permanecer lo más alejada posible de los bordes del dique. Grover husmeaba el aire, muy inquieto. Aunque no dijo nada, deduje que había percibido la presencia de monstruos.
— ¿Están cerca? - cuestioné.
Él meneó la cabeza.
— Quizá no tanto. Con el viento que hay aquí y el desierto alrededor, es probable que el olor se transmita desde muy lejos. Pero viene de varias direcciones, lo cual no me gusta.
A mí tampoco me gustaba. Ya era miércoles: sólo faltaban dos días para el solsticio de invierno y aún nos quedaba mucho camino por delante. No nos hacían falta más monstruos.
— Había un bar en el centro turístico - dijo Thalia.
— ¿Tú ya has estado aquí? - le pregunté.
— Una vez. Para ver a los guardianes - respondió señalando a un lado del dique. Excavada en el flanco de la roca, había una pequeña plaza con dos grandes esculturas de bronce. Se parecían a la estatua de los Oscar, pero con alas - . Consagraron esos guardianes a Zeus cuando fue construido el embalse.
Los turistas se agolpaban a su alrededor y parecía que todos contemplasen los pies de las estatuas.
— ¿Qué hacen?
— Les frotan los dedos - explicó Thalia - . Dicen que trae suerte.
Las Clases de historia con Thalia Grace.
—¿Por qué?
Ella meneó la cabeza.
— Los mortales se inventan cosas absurdas. No saben que las estatuas están consagradas a Zeus, pero intuyen que hay en ellas algo especial.
— Cuando estuviste aquí, ¿te hablaron o algo así?
Su expresión se endureció. Yo estaba seguro de que si había venido hasta aquí había sido precisamente para eso: para buscar algún signo de su padre. Una conexión.